Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Montaña rusa

En las elecciones municipales de Sevilla hay cinco partidos que pueden tener concejales, pero sólo dos candidatos

Como uno lleva ya algún trienio sin pisar la Calle del Infierno, e intenta racionar mucho su presencia en el real, ignora si la Montaña Rusa es una de las grandes atracciones de ese reino del ruido sin el que no seríamos capaces de entender nuestra Feria y al que cualquier sevillano tiene asociados algunos de los mejores recuerdos de su infancia. Si este año no la hay tendrían que ponerla, porque ninguno de los muchos cacharritos que allí se asientan -es un decir- simboliza mejor, salvo quizás el Látigo, lo que ha pasado en la política local en los últimos meses en los que sólo se ha mirado a las elecciones que se celebrarán el último domingo de este mes. Y en la primera vagoneta, Juan Espadas y Beltrán Pérez, porque ésta va a ser una elección a la que concurren cinco partidos con posibilidades de sentar concejales en la Plaza Nueva, pero sólo con dos candidatos de verdad. Los otros tres son sólo los portadores de sus marcas de partido con un conocimiento en la ciudad escaso por no decir nulo. No es previsible que durante la campaña, cuyo comienzo estará sepultado por el albero de Los Remedios, la cosa vaya a cambiar.

Antes de que Susana Díaz decidiera adelantar las autonómicas del pasado diciembre parecía que el alcalde no iba a tener demasiados problemas para revalidar. El PP había perdido demasiado tiempo en sus peleas internas y había dejado de hacer oposición en el Ayuntamiento. Espadas podía pactar algunas medidas con Ciudadanos, otras con Podemos y se iba forjando la imagen de un alcalde que no suscitaba grandes rechazos en la ciudad y al que nadie le iba a presentar una batalla seria. La designación de Beltrán Pérez alteró algo, pero tampoco demasiado, ese panorama idílico. Fue el batacazo socialista en la Junta gracias a la inesperada irrupción de Vox lo que provocó el vértigo de Espadas, que veía que nunca hay que dar nada por hecho hasta que está hecho, mientras a Beltrán se le subía la adrenalina pensando en las suma de las tres derechas que lo podría convertir en el Juanma Moreno de Sevilla.

La alegría le duró poco al candidato del PP. Las generales del domingo pasado cambiaron las tornas. Los populares se despeñaban y los socialistas volvían a estar en lo alto. A Espadas se le volvían a poner las cosas a favor y era Beltrán el que sentía el estómago en la boca. Y así podíamos seguir si no fuera porque la fecha electoral está ya a la vuelta de la esquina. En Sevilla no todo está decidido, ni mucho menos. Pero sí hay que tener en cuenta un par de factores: la clave vuelve a ser Vox y en unas elecciones municipales los candidatos cuentan casi tanto como los partidos. Mientras tanto, sigan en la montaña rusa. Es divertido.

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