La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
La ventana
CITA obligada para el aficionado la de esta noche en la Maestranza y no en sus salones sino en la plaza de toros, ese cofre que fue repudiado esta primavera por las principales figuras del escalafón. Esta noche se cambia la sala de estar por el tendido, la sobredosis de fútbol por la atracción de ver el pulso entre dos muchachos que quieren y pueden ser toreros de postín. Borja Jiménez y José Garrido,de nuevo liados en sus capotes en la puerta de cuadrillas para la intentona de volver a franquear en hombros la mayor puerta del toreo. Lo que lograron el primer domingo de junio tiene la posibilidad de repetirse en este primer jueves de julio; treintaitrés días después, la moneda nuevamente vuela en el deseo de que caiga de cara, tanto para el estilo lleno de dinamismo de Borja como para el clasicismo de José. He ahí el futuro, agarrémonos a él, no le demos la espalda.
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