La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
Esperanza, lo que se dice esperanza, que, además, viste de verde, es que esta cochambrosa temporada haya servido para algo. Lo del domingo ante el Alavés fue un ridículo vergonzoso y menos mal que el equipo estaba salvado. Sólo cabe confiar en que los desmanes cometidos en este curso para el oprobio hayan sido el peaje que el dúo Haro&Catalán ha pagado por cuestiones achacables únicamente a su bisoñez en estas cuestiones.
Reconociendo que el caldo de cultivo no es el más aconsejable para el éxito, con francotiradores en el balcón más insospechado, o más esperado, dispuestos a tirar contra lo que se mueva, sería absurdo ignorar que el curso ha sido un bochorno que se quedó a primera sangre por lo malos que han sido otros. Y desear que todo termine ya es lo único que debe acompañar a esa esperanza deseada de que el dúo de marras no vuelva a caerse como se ha caído este año, en lo más llano.
Decíamos antier que en vista de que el fair play financiero tiene al club hipotecado a la hora de ir al mercado, hora es de que se compre compromiso. Decíamos que a falta de cara aptitud hay que comprar algo más barato pero más efectivo, actitud. Todo desde la premisa inexcusable de dar jubilaciones y bajas que están en la mente de todos. Hay que ir en busca de un equipo que juegue como tal y que sepa qué hay que hacer para que las trece barras no sean pisoteadas una vez más.
¿Y tiene que ser Haro&Catalán quien planifique otra vez? Pues qué quiere que les diga, pero si la alternativa es la que, a pecho descubierto o no, es la que hay, no hay que dudarlo un solo momento. No los he tratado apenas, pero me consta que están llenos de buenas intenciones y aunque eso no es suficiente, confiemos en que la dura lección recibida este curso haya sido como un máster. Si no es así, que cojan la puerta y que Dios coja confesado al personal, porque el panorama...
También te puede interesar
Lo último