La ventana

Luis Carlos Peris

Ovación y vuelta para la limpiadora

OCURRIÓ en un museo de Dortmund, pero lo mismo puede ocurrir cualquier día en cualquier otro museo, pues bajo los ropajes de arte se ocultan auténticas agresiones al sentido de la vista y, a veces, hasta a todos los demás sentidos que dotan al ser humano. Lo que ha hecho la celosa limpiadora con la inexplicable obra que allí se expone hace que la cuestión se convierta en pasiva para que sea la diligente fámula la auténtica nimbada por el arte. Bajo el eufemístico título de Cuando los tejados comienzan a gotear, una torre de tablas incomprensible se levanta en la vertical de un recipiente manchado de cal. Como puede colegirse, nada que ver con Las Meninas, por lo que la limpiadora emprendió una labor propia de su empleo y a la que no hay más remedio que ovacionar calurosamente. Dicen que la obra es un rapto de arte conceptual, pero la verdadera artista es la que acabó con el engendro.

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