La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Lo único positivo de la victoria de Trump
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que es podemita, ha inventado un peaje para los coches que accedan al centro de su ciudad. Empezaría a partir del 1 de enero de 2020. Los vehículos sin la etiqueta de la DGT tendrían que pagar dos euros por circular los días laborables en la zona de las Rondas de Barcelona. Cuando una alcaldesa podemita inventa un peaje a todo el mundo le parece estupendo. No es como el de la autopista de Sevilla a Cádiz, que lo inventó Franco, medio siglo antes del traslado en helicóptero. En general, los peajes y las tasas turísticas no sabemos si son de izquierdas o de derechas. Depende del color de quien lo imponga. Es obvio que esta idea progresista podría ser copiada en Sevilla por Juan Espadas, como la tasa hotelera. En Barcelona era un clamor popular. No sabían qué hacer para echar a los turistas, pero no lo consiguen ni con barricadas.
¿Y qué pasaría si en Sevilla se aprobara un peaje de dos euritos por entrar con los coches en el centro? Eso sí que sería un plan. Más ingresos para los presupuestos sociales. La gente se pierde cuando le hablan del Plan Centro, o de la semipeatonalización de la calle Águilas. Pero la gente entiende todo cuando oye que van a cobrar dos euros por pasar de la Puerta de Carmona a San Esteban. Medidas como esa redundarían en una urgente reducción del tráfico. Sí o sí.
Con medidas como esta también se entiende que fue un desastre el derribo de las antiguas puertas de Sevilla. Uno de los mayores expertos en puertas de Sevilla (de las antiguas que se cargaron, por supuesto) es Juan Miguel Vega, que las tiene muy estudiadas. Fue una barbaridad. Como restos del naufragio, quedaron la puerta de la Macarena con el arco, la de Córdoba, el Postigo del Aceite y el Postigo del Alcázar. Si hubieran mantenido las 13 puertas originales, sería muy sencillo instalar un peaje en cada una, para que paguen los coches contaminantes. Jornal para los nuestros, con varios puestos de trabajo.
Por el contrario, el alcalde Espadas está pusilánime y dudoso. Anuncian calles semipeatonales, o hacen pruebas en la calle Águilas el Día sin Coches. Sería mejor que acostumbre a los ciudadanos al futuro que viene después de que Pedro Sánchez se cargue la circulación en coches de diésel.
Cuando Ada Colau pone en marcha algún plan para trincar, en modo ecológico y sostenible, los demás la imitan. Así que el peaje por circular en el centro puede ser considerado en los próximos años. Puede que forme parte de las medidas sociales pactadas con Adelante para los presupuestos de 2021. Si no se pelean antes.
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