Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Película de Ozores con música de Quilapayún

Cumbre de la OTAN organizada por un Gobierno demediado, nómina y pancarta

En Sociología teníamos un profesor, Rodríguez Perpiñá, bajito, sabio, del que se me quedó grabado un principio, el de Thomas K. Merton, llamado idealismo práctico social, cuyo enunciado era más o menos éste: cuando las circunstancias son consideradas como reales, son reales en sus consecuencias. El Gobierno de Pedro Sánchez ha patentado una variante de ese principio: a problemas inventados, encrucijadas verdaderas.

Como en una reedición de Mahoma y Carlomagno, de Henri Pirenne, Sánchez Castejón se arrodilla ante los bárbaros del norte y delega el ejercicio de la represión al vecino marroquí para frenar a los bárbaros del sur. Quiere ganar a la vez en Bailén y en el Guadalete. El perfil asambleario, respondón, salvochea convive con el marchamo liberal, socialdemócrata que abre las puertas de La Moncloa a los prebostes del capitalismo. Con sus adversarios, cuando le llega el turno en el hemiciclo, se despacha con palabras-consigna: los mangantes, los piolines, los poderosos, que suenan a películas de Mariano Ozores pero con música de Quilapayún.

España ya no huele a pueblo como cantaba Benito Moreno, sino a Tik tok y a Instagram. Un país paradójico en el que Felipe González nos metió en la OTAN y Aznar acabó con la mili. Un Gobierno demediado, como el vizconde de Italo Calvino: una parte abre sus puertas a los líderes de la Alianza Atlántica y la otra se suma a las manifestaciones de repulsa, con Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España y secretario de Estado para el Programa 2030 (¿hasta entonces?), a la cabeza. Este líder bifronte, nómina y pancarta, nació el 18 de julio de 1964. Justo el día que Franco, otro conspicuo enemigo de la OTAN y sus aliados, organizó los 25 años de Paz. La paz de los cementerios. El año del gol de Marcelino a la Unión Soviética, profecía de esta reunión de jefes de Estado y de Gobierno dispuestos a batir a una nueva Araña Negra llamada Vladimir Putin. Fue la primera Eurocopa que ganó España. Hoy se cumplen 14 años de la segunda, con el gol de Fernando Torres a Alemania. La tercera la ganó en Kiev cuatro años después. La noche del lunes pusieron en la 2 Misión de Audaces, western de John Ford. John Wayne y William Holden entraban con los federales en Pittsburgh, feudo de los sudistas, donde eran recibidos a los gritos de "Fuera yanquis". La historia se repite.

El Sur últimamente sólo le da quebraderos de cabeza al presidente Sánchez, que confía en el Norte, en las candidaturas de Suecia y Finlandia, para maquillar su destartalado viaje a ninguna parte. En 24 horas se ha visto con el presidente de la Generalitat, referente de los Estados Desunidos, y con el de los Estados Unidos de América. El esperpento cabe ahora en un tuit y Max Estrella sigue en la Taberna de Pica-Lagartos, en la calle Montera de un Madrid blindado para darle la bienvenida a Mr. Marshall. Biden no se moverá en un descapotable, como Eisenhower en 1959. Deberían llevarlo en un 600, que acaba de cumplir 65 años.

Por la Cumbre de la OTAN, el Gobierno adelantó el Consejo de Ministros, que aprobó una ley para el cambio de sexo. A ver cuándo aprueban la del cambio de cerebro.

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