Azul Klein

Charo Ramos

chramos@grupojoly.com

Pilarica

La ruta Sevilla-Zaragoza dejó de operar. El AVE conecta ahora ambas ciudades y hay incluso un vagón silencioso

El columnismo es un género que se lleva especialmente bien con la nostalgia y el subgénero de la Sevilla que perdimos cuenta con grandes maestros que brindan páginas memorables. Por ello optaré por dirigir su mirada a ciertas realidades fugaces que nadie se ha molestado aún en añorar. Por ejemplo, el vuelo de Ryanair que cubría la ruta Sevilla-Zaragoza.

La primera vez que viajé a la capital aragonesa fue gracias a esta aerolínea y a un billete de ida y vuelta que no superaba los 30 euros; una oferta demasiado atractiva como para no tentar a unos ojos ansiosos por conocer la Basílica del Pilar, el Museo Gargallo y la Aljafería. Había que levantarse a las cuatro de la mañana para despegar antes de las seis, pero nada de eso nos arredraba. Éramos tan jóvenes que dormíamos en cualquier esquina.

Cuando el comandante nos dio la bienvenida nos acomodamos en el asiento y cerramos los ojos para, dentro de las estrecheces imaginables, dar alguna cabezada. A los cinco minutos nos despertó una azafata que insistía en entregarnos un catálogo de venta a bordo. Diez minutos después el sobrecargo publicitó, con su voz de locutor de radio antigua, una tómbola benéfica. Los niños de una remota aldea africana afectados por una enfermedad impronunciablemente esdrújula a los que atendían misioneros irlandeses serían los beneficiarios. El volumen de la megafonía ascendía conforme nos acercábamos a la meseta castellana. Había que comprar papeletas. Comprar boletos. Comprar perfumes, cremas, cualquier cosa. El sobrecargo se animó a enlazar chistes de trazado grueso con comentarios de noticias de actualidad. Empecé a echar de menos esas turbulencias que hubieran reclamado su atención.

Madrid había quedado atrás cuando comenzó a tronar las bondades de "la muy noble y leal ciudad de Zaragoza". Había llegado, parecía evidente, su momento favorito del viaje. "Y ahora vamos a empezar a vender las tarjetas de rasca y gana. Rasca y gana. ¿Quién no quiere lograr otro pasaje para volver a ver a la Pilariiiiiiica? ¡La Pilariiiiiica!". Lo decía así, cantando y estirando tanto la segunda "i" que la talla de la Virgen y hasta la columna de jaspe donde reposa empezaron a elongarse en nuestra imaginación.

Para cuando el avión aterrizó a la hora prevista en el aeropuerto y sonaron las trompetas celebratorias,que la mayoría de pasajeros aplaudió con frenesí, estábamos agotados y arrepentidos.

La ruta Sevilla-Zaragoza dejó de operar y nunca la eché de menos hasta que supe que un azafato gaditano se había hecho célebre por anunciar las tarjetas de rasca rasca al ritmo de Despasito. Este viernes arrancan las fiestas del Pilar y Jane Birkin cantará en el lateral de la seo. El AVE conecta ya cómodamente ambas ciudades. Hay incluso vagón silencioso. ¿Será el momento de volver?

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