La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Puerta de la Reina

Gallito, Sánchez Mejías, Miura… Hoy se recupera la antigua tradición que une la Macarena y la tauromaquia

Aquién puede extrañar que la hermandad que tuvo a Gallito de oficial de Junta, a Sánchez Mejías de crucero, a Miura y Pablo Romero de hermanos mayores, y a Dávila Miura y Gayán Guardiola en la actual Junta de Gobierno, recupere hoy la antigua tradición que une la Macarena y la tauromaquia?

¿A quién puede extrañar que hoy recupere esta tradición la hermandad que estuvo a punto de tener un palio con varales de oro si Bailador no hubiera segado la vida de José aquel 16 de mayo de 1920 que puso a la Esperanza de luto e inspiró la pluma de Muñoz y Pabón para defender el funeral catedralicio que escandalizó a tantos, quedando como huella de la gloria y la muerte de José cinco latidos verdes en el pecho de la Esperanza y una pluma de oro en su saya?

¿A quién puede extrañar que hoy recupere esta tradición la hermandad que arriaba el palio cuando en la Encarnación pasaba ante la casa de don Eduardo Miura Fernández, el de las patillas, para que la presidencia, más "los amigos del nazareno" de Núñez Herrera y Martínez de León que se colaran, tomaran un tentempié mientras Manuel Torres le cantaba a la Esperanza -la anécdota se ha repetido tanto que ha ascendido de la verdad interpretable de la historia a verdad indiscutible de la leyenda- saetas que llenaban la plaza de pañuelos blancos y los ojos del recio don Eduardo de lágrimas?

¿A quién puede extrañar que hoy recupere esta tradición la hermandad que custodia y proclama a la Virgen que inspiró a Alberti la elegía por Sánchez Mejías cuyo inicio tantos recitan, sin saberlo, cuando acuden a que la Esperanza les dé una razón para vivir cuando ninguna otra razón les queda: "Virgen de la Macarena, mírame tú como vengo, tan sin sangre"?

A beneficio de esta hermandad se celebraron 31 corridas entre 1879 y 1942, entre ellas la que torearon Algabeño Chico y Rafael Gómez Ortega El Gallo el 30 de julio de 1899 a beneficio del manto de malla que en esos momentos bordaba Juan Manuel; o la toreada por un jovencísimo Gallito de 17 años el 14 de agosto de 1912, mes y medio antes de su alternativa, a beneficio de la corona de oro que se estaba labrando en la joyería Reyes.

¿A quién, pues, puede extrañarle que sea la Hermandad de la Macarena la que hoy recupere esta tradición que por ser tan suya es tan de Sevilla, que se hayan agotado las entradas o que la Puerta del Príncipe, con su repostero macareno, sea hoy la Puerta de la Reina?

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