Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Serra es pasado; el Betis, presente y futuro

Todo lo que sea seguir removiendo el caso del balear será perjudicial para todas las partes

Colea en un día después probablemente interminable la marcha de Lorenzo Serra, lo que no beneficia en absoluto el día a día del Real Betis Balompié. Todos opinan sobre un caso que debió resolverse sin necesidad de tanto ruido. Servidor de Dios y de usted, dilecto lector, ha encajado el asunto con más dolor del que exhibe cierta gente que no dudó a la hora de poner obstáculos al retorno de quien fuese considerado chamán de la causa.

El propio Serra sabe quiénes eran de los suyos cuando desde l'Alcudia veía que su retorno a Heliópolis se dilataba. Entre las causas que originaban el atasco estaban los obstáculos que iban poniendo en el camino de vuelta. Loperistas, tontos útiles y gente poco afín a la causa no cejaba en el empeño de evitar otra faena cumbre del balear. Le achacaban un desfase propio de la edad y hasta destilaban odio a él y, por supuesto, al Real Betis Balompié, sobre todo a éste.

Nada de todo aquello es desconocido para Lorenzo, pero no hay nada peor para él que vivir lejos del Betis, por lo que no hace ascos en dejarse abrazar por gente que lo vituperaba y que ahora lo utiliza en el afán de torpedear la línea de flotación del club de las trece barras con corona. Y como dije el día que se fue, lo peor de todo es que los ventiladores se enchufen y la suciedad invada el escenario para que el día a día del Betis entre en zona muladar, donde es difícil, muy difícil, vivir.

Si Haro y Catalán estuvieron sin hacer sangre en sus manifestaciones y Lorenzo mostró elegancia en su adiós público, creo que es el Betis, por siempre Real Betis Balompié, y sus intereses los que deben prevalecer en su diario escaparate vital. Mientras más se remueva este asunto, peor será para todos los encartados y mucho peor el olor que desprenda. Por supuesto que los de siempre seguirán malmetiendo, pero el sentido común impele a callar por el bien del Betis.

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