Editorial

Sevilla y Barcelona, mucho más cerca

DIECISIETE años después de que el primer tren de Alta Velocidad de la historia de España conectara Sevilla con Madrid en vísperas de la Exposición Universal de 1992 e introdujese la modernidad en la crónica de la comunicación ferroviaria nacional, Renfe puso ayer en marcha, con un viaje inaugural entre Barcelona y la capital de Andalucía, el nuevo servicio directo de AVE entre la urbe hispalense y la capital catalana. Este trayecto, que supone el estreno de la conexión que a partir de ahora unirá a ambas ciudades sin tener que pasar forzosamente (mediante parada obligada) por la capital de España, supone un hito histórico para ambas metrópolis, a pesar de que el temporal de nieve que azota estos días el país provocase que el primer tren procedente de la estación de Sants llegase a Santa Justa con 40 minutos de retraso, prácticamente el mismo tiempo que demoraba hasta ayer la conexión Sevilla-Barcelona vía Madrid. Pese a esta anécdota, de la que algunos harán categoría, la línea de Alta Velocidad recién inaugurada mejorará la vertebración territorial entre dos regiones (Andalucía y Cataluña) con una población más que notable (son las más populosas del Reino junto a Madrid) y multiplicará las relaciones políticas, sociales y económicas entre las capitales de ambas comunidades. No en vano, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) auguró ayer, por boca de Miguel Sánchez, responsable de su consejo de Turismo, que el nuevo servicio funcionará como un importante "incentivo" para que tanto Sevilla como Barcelona atraigan y compartan mayor número de visitantes. Especialmente importante es esta posibilidad en el caso de Sevilla, que se pone a apenas cinco horas y cuarenta minutos de la capital catalana, cuyo superlativo imán turístico -su enorme capacidad de atracción gracias a su condición de puerto de cruceros y a su extraordinaria imagen en los circuitos internacionales, donde es una de las inexcusables embajadas europeas- puede permitir, gracias al AVE, que muchos de sus turistas barajen la opción de incluir a Sevilla dentro sus itinerarios. Poner en valor este potencial ha sido posible gracias a la inversión de 91 millones de euros que Adif, la empresa de infraestructuras ferroviarias, ha hecho en el nudo de comunicaciones -conocido con el nombre de by pass Sur- de Madrid-Atocha. Una grata noticia en mitad de la crisis. Y un salto de gigante si se compara con el histórico servicio de ferrocarril entre el Sur y el Noreste, cuya duración era de casi siete horas más.

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