Tribuna

Manuel Enrique Figueroa

Catedrático de Ecología

Sevilla ante el reto del cambio climático

En el año 2009 publicamos un libro titulado Ciudad y Cambio Climático. 707 medidas para luchar contra el cambio climático desde la ciudad, un plan estratégico aplicable a cualquier urbe. El Pacto de los Alcaldes, que tuvo lugar en 2008, nació con el propósito de reunir a los gobiernos locales en la lucha contra el cambio climático. El Acuerdo de París de 2015 marcó un nuevo tiempo para las ciudades y el cambio climático. Andalucía inició su propia singladura en 2002 con la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático y el Plan Andaluz de Acción por el Clima.

El Parlamento de Andalucía aprobó la semana pasada la Ley de Medidas contra el Cambio Climático y para la Transición hacia un nuevo modelo energético, estableciendo la obligatoriedad de los Planes Municipales contra el Cambio Climático. El cambio climático es una realidad que puede traer muchos problemas a las ciudades y pueblos. Permanecer impasibles constituye una grave irresponsabilidad política que debemos denunciar. Cada ciudad y pueblo de Andalucía debe tener su Plan Estratégico ante el Cambio Climático.

El Gobierno andaluz y los gobiernos locales deben tomar las riendas de las iniciativas a desarrollar. No hay tiempo para muchos barrios abandonados, para muchos ciudadanos descartados también ante el cambio climático. Nos podemos plantear dos preguntas: ¿Está la ciudad de Sevilla preparada para minimizar mediante un programa de adaptación los rigores climáticos venideros? ¿Está desarrollando la ciudad un plan específico ante el cambio climático? La ciudad de Sevilla tiene un Plan de Acción por la Energía Sostenible y un Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible consecuencia de la adhesión al Nuevo Pacto de los Alcaldes de 2015.

Sevilla ha desarrollado un taller participativo de presentación del proyecto Plan de Adaptación al Cambio Climático de la ciudad de Sevilla. Con su alcalde, Juan Espadas, se están planteando acciones que tienen que ver con la mitigación, la adaptación y la comunicación. La ciudad debe contribuir a la mitigación del cambio climático, para ello debe reducir su huella de carbono, disminuir las emisiones difusas debidas a la movilidad e incrementar el secuestro de dióxido de carbono con su infraestructura verde. Nuevas actuaciones urbanísticas de Sevilla, como la transformación de la Avenida de El Greco o la ampliación del tranvía a Santa Justa, ponen de manifiesto un cambio de paradigma donde la lucha contra el cambio climático está presente.

Pero Sevilla no debe perder ni un segundo en su política de adaptación. La ciudad necesita fortalecer aún más su infraestructura verde y remediar de forma inmediata las desigualdades entre barrios, inadmisibles ante el escenario climático previsto para Sevilla en los próximos años. Hace falta un nuevo plan de gestión del arbolado viario, acorde con los conocimientos actuales y las contingencias venideras, y una política firme de incremento de la infraestructura verde con las especies adecuadas.

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