Julián Aguilar García

Socialismo frente a libertad educativa

11 de diciembre 2018 - 02:43

Mutación política en Andalucía. Acaso mero castigo aislado al PSOE o cambio de caras por hartazgo. Me gustaría creer (soy escéptico) que hay algo más: que mis conciudadanos quieren que los temas clave se afronten con perspectiva distinta de la del socialismo actual. Entre esos temas, la educación.

La reforma de Sánchez de la ley de educación está confesadamente dirigida contra la religión, la educación concertada y diferenciada y la libertad de los padres (pese a la dicción de la Constitución). Pero es una reforma coherente con sus autores. Aunque ponga en peligro una decena de colegios en la provincia de Sevilla, entre otros el de Santa Ángela de la Cruz.

El socialismo entiende que el Estado (que sólo la izquierda tendría legitimidad para regir, de ahí los cordones sanitarios contra la derecha) debe planificar la vida de los ciudadanos. Entre otros aspectos, el educativo. No son los padres quienes tienen libertad para decidir cómo, dónde, por quién, educar a sus hijos. No cabe la educación en casa, legal y exitosa en otros países. Ni, si por el socialismo real fuese, la educación concertada. Ni la diferenciada. Por razones ideológicas apenas disfrazadas con criterios vagamente científicos que no resisten el análisis o aun sin disimulo alguno.

¿Por qué no nos dejan a los padres que eduquemos a nuestros hijos como consideremos oportuno? ¿Es que la Consejería o el Ministerio de Educación conocen mejor o quieren más a nuestros hijos? ¿Les preocupa más la felicidad futura de los niños que a los padres? ¿Por qué la consejera o la ministra tienen que decidir lo que debería competer exclusiva y estrictamente a los padres (salvo que éstos abdiquen de su derecho a decidir sobre la educación de los hijos, que también es deber y responsabilidad para con ellos)?

Mi propuesta, ingenua, es que se garantice una educación pública y gratuita para quien la quiera, pero que a los padres se les ofrezca la posibilidad de recibir la misma cantidad que cueste la plaza escolar en un colegio público y que ellos decidan dónde emplear ese dinero: en un colegio público, que le saldría gratis, o en uno privado laico o religioso, de educación conjunta o diferenciada, de mañana o de tarde, con uniforme o sin él, más caro (poniendo los padres la diferencia) o más barato (la educación pública es con frecuencia más cara, por plaza, que la actual concertada).

Propuesta inadmisible en una sociedad donde la libertad real está mal vista por los dirigentes y no es demandada por los dirigidos, que prefieren seguridad (aparente y transitoria) y tranquilidad. Lo que no podemos es criticar al socialismo por ello. Es coherente con su doctrina, su raíz, su finalidad y su historia. O quizás ésta sea una de las razones del resultado electoral reciente. Ojalá.

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