Hubo profusión de actos en el primer fin de semana cuaresmal. Traslados, viacrucis, septenarios, novenas, quinarios, ensayos de costaleros, demás parientes y afectos. Y el acompañamiento de una meteorología ideal, idónea para la cosa, que ojalá se comporten las isóbaras de la misma forma así que la Borriquita emboque la rampa. La agenda no puede estar más repleta de anuncios de conferencias, conciertos y presentaciones de libros, que hay que ver lo prolíficos que son nuestros escritores y ojalá que los lectores estuviesen a la misma altura cuantitativa. Y anoche, el pistoletazo de salida para esta ilusionante cuenta atrás, la del Viacrucis de las Hermandades. Ya sólo falte que trasmine el azahar para tener las vísperas a tono. Por ese entonces tendremos la confirmación de que lo mejor ha llegado, laus Deo.