Tener un plan

Sevilla se ha convertido en una ciudad compleja y diversa, que cambia en el espacio

Una ciudad necesita un plan. No me refiero a un plan urbanístico que muchas veces se convierte es una lista de cuestiones no realizadas, que solamente sirven para ser incluidas en los antecedentes del siguiente Plan. Me refiero a que la ciudad en su conjunto tenga un plan de acción, una idea de ciudad, una imagen de futuro. Creo que sería deseable y práctico para el buen gobierno y para el bienestar de sus habitantes, porque es la mejor manera de que Sevilla no se convierta en una ciudad melancólica para aquellos que no saben a dónde vamos, pero se temen una catástrofe porque (permítanme la caricatura) no se pueden tomar una caña de cerveza en una barra. Y por otro lado, es una ciudad insuficiente para aquellos que ven como pasan los años y sus barrios y barriadas siguen llenos de carencias, los servicios se eternizan sin concluir y sin capacidad de mejora. A veces al cruzar una simple calle, tanto si es en la Macarena, en el Sector Sur, o en el Tiro de Línea o el Cerro del Águila, nos damos cuenta de que la ciudad de repente ha cambiado, a veces para mejor, y otras para peor.

En Sevilla no es fácil encontrar opiniones mayoritarias para casi nada. Tanto por su tamaño y por la forma de crecer, como por las relaciones con los pueblos y las urbanizaciones del entorno, que en parte han crecido vaciando de matrimonios jóvenes y burguesía acomodada la capital. Así, Sevilla se ha convertido en una ciudad compleja y diversa, que cambia en el espacio, de la Plaza Nueva a Bellavista o Palmete, de Pino Montano a Palmas Altas, del Tardón a los Pajaritos o la Candelaria.

Hemos aprendido que un documento único ya no es capaz de resumir todas las especificaciones necesarias para explicar y promover las tendencias de transformación de una ciudad y su territorio. Sobre todo, si no se llevan a cabo, como ha sido el caso, por ejemplo, en las infraestructuras. La ciudad debe definir lo que hay que hacer y la normativa facilitarlo y no al revés. Lo importante es el debate de contenidos y no el documento en sí mismo. Y tener la financiación suficiente para poder realizar los planes. La responsabilidad no es solamente de las corporaciones municipales, que están, como si dijéramos, de paso. La responsabilidad mayor es de todos los sevillanos, instituciones privadas, corporaciones empresariales, sindicatos, asociaciones vecinales y numerosos colectivos.

Son necesarias actuaciones que entiendan la ciudad desde su uso, en una localización y un espacio urbano concretos. Cuestiones precisas que faciliten la participación. Para ello es esencial que se formulen proyectos urbanos sobre enclaves claros y sobre temas concretos: las márgenes del río y los paseos de ribera, los campus universitarios, el equipamiento y centralidad de los barrios, el desarrollo empresarial como en el Parque Tecnológico de la Cartuja, el avance de todos los medios de transporte, la construcción de nuevas viviendas asequibles, etcétera. No basta con tener un plan, hay llevarlo a la práctica.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios