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Tertulias y 'shows'

NO debe ser casual que la tertulia televisiva más reflexiva y analítica, pródiga en argumentos y huérfana de griteríos y descalificaciones, y por ello menos tendenciosa, sea La noche en 24 Horas de TVE. Lo interpreto como una lógica (desgraciadamente infrecuente) de la función de las televisiones públicas que, liberadas de la tiranía de las audiencias por nutrirse de los impuestos que pagamos todos, pueden permitirse el lujo de no convertir el debate sobre cuestiones políticas en algo demasiado parecido a los vociferantes circos que tratan de las vidas -privadas o en venta- de los famosos y famosillos.

Una lógica de la función de las televisiones públicas que, como ya he apuntado, casi nunca es respetada. Repásense las programaciones de todas ellas, autonómicas o nacionales, dependientes del PP, del PSOE o de nacionalistas, y se comprobará. La misma TVE (PP) a la que hay que agradecer el debate de La noche en 24 Horas perpetra Entre todos, un programa importado de Canal Sur (PSOE).

En La noche en 24 Horas han participado y participan, entre otros, Antonio Pérez Henares, Ricardo Martín, Manuel Cerdán, Julio César Herrero, Esther Esteban, Ignacio Camacho, José Mª Crespo, Ángel Expósito, Fermín Bocos, Javier Ruiz, José María Brunet, Antonio Casado, Graciano Palomo, Charo Zarzalejos, J. A. Álvarez Gundín, Esther Jaén, Carmelo Encinas, Fernando Jáuregui, Alfonso Rojo o Antonio Arráez. Algunos lo hacen también en otras tertulias más vociferantes, pero aquí se someten a la disciplina periodística ahora administrada por Sergio Martín con tanta profesionalidad como antes lo hicieron Vicente Vallés, Xabier Fortes y Ana Ibáñez.

Periodistas haciendo de periodistas sentados en torno a una mesa y no hasta físicamente enfrentados, como se hace en la mayoría de las otras tertulias que distribuyen como un ring asientos y roles entre conservadores y progresistas, informadores y colaboradores variopintos. En parte para dar un aire de pluralidad pero sobre todo para garantizar el show del reñidero de gallos. Show que, junto a las redes sociales, ha incubado a través de varias cadenas el fenómeno Pablo Iglesias.

Me quedo con La noche en 24 Horas. Así da gusto que se invierta dinero público en una cadena televisiva. Lástima que los ejemplos negativos de televisiones públicas manipuladas por los partidos y programadas con los criterios de competencia a la baja de las privadas superen a los positivos.

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