Y Las Ventas parecía la Maestranza

20 de mayo 2019 - 02:30

Hacía frío y la tarde iba desplomándose como una tarde más, como una de esas tardes en las que apenas pasa algo y en el ambiente se palpaba que estábamos ante una corrida más de las muchísimas que conforman la Feria de Madrid, ese San Isidro que inventó don Livinio para que el Foro tuviese una Feria y que no se quedase sólo en plaza de temporada. Y en esas estábamos cuando el torero que concitaba toda la expectación de la tarde se fue a los medios para brindar el último, ya noche cerrada. Y con este torero tan en la cresta de la ola surgió el milagro para que el respeto que despierta el rito se hiciese realidad. Y el milagro fue que ese circo vociferante que es Las Ventas del Espíritu Santo se convirtió en templo. Pasó mientras Pablo Aguado iba recitando su toreo de verdad y naturalidad que Madrid parecía Sevilla y Las Ventas, la Maestranza. Qué silencio.

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