¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
¿Por qué no empezamos por RTVE?
Así como el martes de Pascua entrega Ramón Vila sus premios taurinos o el penúltimo viernes cuaresmal se da en la Basílica el pregón de los Armaos, en estas vísperas de lo inenarrable se celebra un acto muy particular. Es la entrega del Homo Cofrade a un personaje elegido entre la fauna de la Sevilla de siempre, esa que tiene a lo rancio en el frontispicio de su aguja de marear. Una reunión de amigos que van perdiendo la juventud a golpe de burras en la rampa, de tertulia en cualquier tarde de Feria o en el recuerdo de aquella media de Romero que casi ninguno llegó siquiera a presenciar. Y a la entrega del horroroso Homo llevo sumándome desde hace años porque a ella voy muy a favor de querencia y porque lo paso bien con gente ingeniosa que hace las delicias de todos a los postres con unos parlamentos deliciosos. Y esta noche es la cita, a la que acudiré, faltaría más.
También te puede interesar
Lo último
Comedia sin título | Crítica de flamenco
Perlas coreográficas del universo lorquiano
Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
La burbuja inmobiliaria
La ventana
Luis Carlos Peris
La falta de educación ya como plaga
La tribuna
¿La última vuelta al cole?