La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La cochinada de los cubos de enfriar los tanques de cerveza
Se nos fue Barack Obama, pero ahora llega Bob Dylan. Cantará mañana en el auditorio de Fibes. Con razón, los jerifaltes de la cadena Hilton quieren abrir un gran hotel de lujo en Sevilla Este. El Palacio de Congresos se está convirtiendo en un escenario de lo más glamuroso para Sevilla, no sólo por la gala de los premios Goya, sino por lo que ha venido después. Y todo ello a pesar de que la línea 2 del Metro todavía no llega al lugar, lo que le situaría en el mapa, por lo menos en el mapa del Metro, que da pena verlo. Fíjense cómo está que cerraron las estaciones de Nervión y Gran Plaza para un Sevilla-Rayo Vallecano. Después la gente se queja. Y aún así, viene Bob Dylan. Con todas las entradas vendidas, pero sin Metro. Aquí no hay Metro para nada.
Bob Dylan es un clásico. Es la primera vez que va a cantar en Fibes un Premio Nobel de Literatura. Hay otros, como Mario Vargas Llosa, que vienen de vez en cuando por Sevilla. Pero Vargas Llosa no canta, si acaso pregona. Bob Dylan va a cumplir pronto 78 años, y está hecho un chaval. A los muchachos de hoy en día les parece como su abuelo, pero los abuelos de hoy en día se hicieron hombrecitos con sus canciones y eso nunca se olvida. Los cantantes clásicos son imperecederos, casi eternos.
Bob Dylan está en otra dinámica. Está dando siempre la vuelta al mundo con sus giras. En estos días parece que está corriendo la Vuelta Ciclista a España. Mañana, etapa en Sevilla. El sábado en Fuengirola (Málaga). El domingo en Murcia. Sólo le falta una cronoescalada. A Sevilla ha venido poco, a pesar de que gira y gira sin parar. Desde 1991 no había vuelto. Por lo cual ha pasado más de un cuarto de siglo. Entonces era un joven de 50 años.
Siempre que viene un gran personaje a Sevilla, lo mismo nos da Obama que Bob Dylan, se trata de ver dónde cena. El Ayuntamiento saca pecho por lo hecho, y dice que van a poner a Sevilla en el mapa, y que será una gran promoción para que venga más turismo de lujo, más americanos y más chinos, que es lo único que les interesa. En este caso no es para tanto, porque los americanos tienen muy visto a Bob Dylan y a los chinos les gusta más Lady Gaga. Pero todo se hace por la causa, y porque abran 15 hoteles más de una tacada.
No sé si será por casualidad, o no, pero Bob Dylan viene a Sevilla justo en la víspera de la Feria. Ha estado a punto de coincidir con el encendido del alumbrado, se pudo apuntar. Aquí no se para. Dicen los aguafiestas que el ocio no es buen negocio. A la vista está que se equivocan. Sevilla en primavera se convierte en la capital mundial del ocio.
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