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setefilla / r. Madrigal

Los anglicismos de la moda

PARECE que el ser moderno hoy en día implicara entre otras muchas cosas el dominar un segundo idioma, el inglés. La modernidad nada entre las dos aguas de la sobreinformación a la que estamos mal acostumbrándonos, porque no todo es de calidad, y el bilingüismo. Si antes el inglés era una cosa muy de pijos, ahora se ha democratizado y todo el mundo tiene entre sus muletillas a la hora de hablar de moda algún que otro concepto en esta lengua. Tanto es así que ya nadie recuerda lo que es una americana, que ya en sí llevaba implícita su denominación anglosajona, porque ésta ya ha pasado a ser una blazer. Y el segundo sinónimo se ha zampado al primero, en menos tiempo de lo que lo hizo kleenex a pañuelo.

Si ya nos ponemos más técnicos podemos adentrarnos en el mundo de los jeans, los shorts, los pantalones baggy, los kitten heels o los ear cuff, que por mucho que no sepáis de moda -si estáis leyendo esto- alguno que otro os sonará y eso dice mucho. Y la verdad sea dicha, resulta muy curioso este giro hacia lo inglés en esto de hablar de moda porque precisamente América, ese continente que extiende sus tentáculos culturales por todo el globo a modo de conquista hegemónica, es la que menos pinta en esta industria, donde las grandes firmas (hacedoras y deshacedoras de todo lo que consumimos a diario) son europeas. Concretamente ganan por goleada francesas e italianas. Y no hace falta citarlas para saber a cuáles me refiero. Sin embargo pocos conceptos han trascendido de estas tierras salvo el prêt à porter o lo vintage.

¿Entonces qué relación hay entre los anglicismos y el mundo textil? Posiblemente la razón no sea otra que el deseo de conquista de los que hablamos castellano, que no traducimos los conceptos, por ese afán de hacernos los 'modernillos'. Porque lo mismo da que digamos ripped jeans que pantalones rasgados y con lo segundo le haremos un favor a más de uno. Aunque si le tenemos que mirar el lado positivo quizás sea una buena manera de practicar con un idioma que de otra manera a algunos nos sería totalmente ajeno. El tema estaría en si nosotros pidiéramos una americana, ellos supieran exactamente a qué nos referimos.

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