La aldaba
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Indudablemente estamos ante una obra confeccionada con material sensible y ha sabido el hijo de Paco de Lucía escudriñar en las entrañas del genio para que aparezca como lo que es una persona genial y normal. Maestro del tiempo será para siempre una película de culto por una sensibilidad que casa con la autenticidad con que Curro Romero ha certificado su vida. Pero tiempo habrá de enjuiciar esta semblanza de un faraón que nunca presumió de serlo y que sembró de arte el toreo del Siglo XX. Hoy quiero pararme en el homenaje de afecto y admiración que Curro recibió en la tarde del sábado en el Lope de Vega. Con todo el teatro puesto en pie no tuvo más remedio que recibir también de pie y con la mano en el corazón una ovación larga, como las de la ópera. A Curro le afloraron las lágrimas y no sólo a él, sino a cuantos le aplaudían tan de corazón. Eterno Romero.
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