La autoría de la imagen de la Virgen de la Estrella

TRAS la atribución de la imagen de la Virgen de la Estrella a la gubia del matrimonio de artistas formado por Luis A. de los Arcos y Luisa Roldán por parte del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, queremos dar a conocer algunos datos sobre la metodología y las razones que se han tenido en consideración.

Nuestra metodología hace referencia a tres vías de aproximación al conocimiento del bien patrimonial. La primera es la localización e interpretación de las fuentes bibliográficas y documentales. Se realiza un estudio pormenorizado de toda la historiografía y analizamos la misma atendiendo a la verosimilitud de los autores. En el proyecto de la imagen de la Virgen de la Estrella, a partir de la documentación relacionada con la primitiva hermandad, se desprende que la única imagen mariana que con esta advocación poseía entonces dicha corporación era de gloria. Hasta 1709, fecha de un inventario de bienes posterior a la fusión con la de las Penas, realizada en 1674, no se cita además una imagen de la Virgen de pasión.

Hay entre los especialistas tres líneas de atribución: por un lado, la que se mantiene afín a la atribución decimonónica (Bermejo), seguida por Hernández Díaz, que atribuye la imagen a Martínez Montañés. No creemos que Bermejo se refiriera a la imagen actual de la hermandad, sino a la anterior, que poseyó con la actual (Inventario de 1709) y que era de gloria.

Una segunda atribución es la del conservador José Luis Romero Torres. Se inclina por incluirla en el catálogo del escultor del siglo XVIII Cristóbal Ramos Tello. No la creemos posible por la existencia en el citado inventario de 1709 (copiado en 1726) de dos imágenes de la Virgen de la Estrella. Pensamos que la hermandad no realizaría otra más en fechas tan cercanas a la ejecutada entre 1665 y 1709.

La tercera atribución, por la que nosotros nos hemos decantado, es la defendida por los historiadores del arte e investigadores gaditanos Lorenzo Alonso de la Sierra y Francisco Espinosa de los Monteros y que fue apoyada durante algún tiempo (hasta el descubrimiento de la Soledad de Puerto Real) por el tristemente desaparecido conservador del patrimonio Antonio Torrejón Díaz. Esta atribución creemos que se mantiene desde el punto de vista estilístico y que se encuadra perfectamente en las fechas acotadas 1665-1709, en las que se ejecutó el simulacro actual de la Virgen de la Estrella.

Otra fuente es la documentación sobre la obra, sus autores o propietarios. En el caso de la Virgen de la Estrella no se ha localizado hasta el momento ese documento que permita fundamentar la autoría, por lo que es necesario estudiar la documentación tangencial que pueda dar pistas sobre, por lo menos, la fecha de ejecución de la imagen para, con las características estilísticas y la confrontación de las teorías existentes, llegar a una hipótesis o atribución. Hay que decir que los protocolos notariales del periodo de ejecución de la imagen (entre 1665 y 1709) han sido revisados de forma directa en las fechas correspondientes a la estancia en Andalucía del matrimonio de los Arcos-Roldán (1670-1690) e indirecta (publicaciones de otros investigadores) entre 1691 y 1709.

La segunda vía de aproximación al conocimiento de la obra es el estudio directo de la misma, sus características morfológico-estilísticas y su comparación con otras obras de la misma época, escuela, taller, círculo o autoría.

Y por último, en el caso de los proyectos de conservación del IAPH, unas importantísimas vías de conocimiento son los estudios con luz ultravioleta e infrarroja, reflectografía y videoendoscopía, así como los análisis mediante rayos X, estratigráfico de las capas pictóricas y la identificación de la naturaleza de los materiales constitutivos de las obras.

Esta metodología, ardua, es un proceso científico ajeno a cualquier intencionalidad que no sea la de servir a la Historia del Arte y al patrimonio de Andalucía.