Tribuna Económica

Joaquín Aurioles

Una buena noticia económica

POR fin una buena noticia en la Contabilidad Nacional. Los datos del tercer trimestre de 2012 indican que la economía española ha conseguido desprenderse de una de sus inercias más dañinas de los últimos diez años. Por primera vez desde 2003 tenemos capacidad de financiación neta frente al resto del mundo. Se trata de una cantidad pequeña, 3,243 millones de euros, que apenas representan el 0,3% del PIB, pero muy significativa porque viene a confirmar una tendencia observada desde hace algún tiempo y que apunta una clara voluntad de permanencia. Su importancia por tanto es más simbólica que cuantitativa, al menos por el momento, puesto que significa superar el umbral crítico de la necesidad de financiación que ha caracterizado a la economía española en los peores años de la burbuja especulativa. La necesidad o capacidad de financiación neta de la economía frente al exterior se refleja en la balanza de pagos como el saldo acumulado de las balanzas por cuenta corriente y de capital. En 2007 y en 2008 fue negativo en más de 100.000 millones de euros, el más alto de la historia y uno de los desequilibrios financieros más elevados y preocupantes del mundo porque significa que en esos dos años los españoles tuvimos que pedir préstamos al resto del mundo por un importe equivalente al 10% de nuestro PIB para poder financiar un nivel de gasto que superaba a nuestra capacidad de producción exactamente en esa cantidad. Con la crisis, las necesidades de financiación se redujeron a la mitad en 2009 y a la tercera parte en 2011, anunciando el posible final de la caótica dinámica de endeudamiento exterior de los últimos años, uno de los factores determinantes de la intensidad con que la crisis financiera ha golpeado a la economía española.

Los datos de la Contabilidad Nacional indican algunas otras cosas interesantes. Entre ellas que en el acumulado de los tres primeros trimestres de 2012 la economía española sigue mostrando necesidad de financiación exterior por valor de 13.300 millones de euros, que es una cantidad considerablemente inferior a la del conjunto de las administraciones públicas, que supera los 65.000 millones. Esta diferencia también indica que el fuerte proceso de desapalancamiento en el sector privado va a permitirle cerrar el año con un superávit financiero que dedicará íntegramente a satisfacer las necesidades del sector público. Si a lo anterior se añade que en el favorable comportamiento del sector exterior han tenido una influencia decisiva el fuerte aumento de las exportaciones y la moderación en el ritmo de las importaciones, se pueden extraer tres intuiciones. En primer lugar, que todo parece indicar que la economía española estaría consiguiendo enderezar de forma definitiva el rumbo del sector exterior, una de sus naves más complejas de gobernar en los últimos tiempos. En segundo lugar, que el sector exterior vuelve a estar predestinado a desempeñar un papel central en la búsqueda de una salida definitiva de la crisis. Por último, que el principal obstáculo para enfilar definitivamente el camino de la recuperación sigue estando en el desequilibrio financiero de las cuentas públicas.

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