Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Una campaña larga y con riesgos

José Luis Sanz no era el candidato de Juanma Moreno para ganar la Alcaldía de Sevilla

Asevilla le va a tocar estar en campaña electoral permanente durante casi dos años. En cuanto Juan Espadas dé el paso al lado que la lógica y la prudencia aconsejan y el PSOE ponga en circulación el nombre de la persona que optará a la Alcaldía, en cuanto el PP deje de tontear en las redes sociales y lance de forma oficial la candidatura de José Luis Sanz, la ciudad va a ser el escenario de una lucha en la que tanto los socialistas como los populares se van a tener que emplear a fondo. Sevilla es una parte esencial de la estrategia de Juanma Moreno para asentar el poder del Partido Popular en Andalucía. Para los socialistas es la única instancia de poder verdaderamente significativa que conservan en Andalucía y el Ayuntamiento más importante que controlan en España. Perderla sería un desastre para las expectativas políticas de Pedro Sánchez. Lo que vaya a pasar en la capital andaluza tendrá por lo tanto consecuencias tanto en la política regional como en la nacional. Esto va a ocurrir con independencia del calendario que finalmente imponga el presidente de la Junta para las elecciones municipales. En el PSOE andaluz trabajan con la hipótesis de que va a haber elecciones antes de que termine este año. Tienen elementos para mantener esta teoría y Vox cada poco tiempo se lo pone en bandeja al presidente andaluz con su permanente amenaza de pérdida de la mayoría parlamentaria.

Tanto si se acelera el calendario autonómico como si cumple sus plazos, a los socialistas les urge tener una cara y un nombre en Sevilla y no dejar todo el terreno libre al candidato del PP. José Luis Sanz no es el cartel que hubiera querido Juanma Moreno para la capital. Lo ha aceptado a regañadientes para no abrir un nuevo frente en las relaciones cada vez más crispadas que mantiene con la dirección nacional de su partido. Sanz se ha movido más cerca de Génova que de San Telmo para impulsar su candidatura y la apuesta le ha salido bien. Ahora lo que le toca es convencer a los sevillanos que el que ha sido durante más de una década alcalde del pueblo más rico de la provincia tiene recetas para trasplantarlas a una capital con tanta complejidad social como ésta.

El PSOE no lo tiene fácil. Llenar el hueco de Espadas con un alcalde interino que sea a la vez el candidato para 2023 va a ser una tarea que va a requerir tacto en un partido que todavía está tensionado por las luchas internas. Espadas en esta apuesta se va a jugar su credibilidad interna y externa. Tiene en línea de salida a Antonio Muñoz y a Juan Carlos Cabrera, dos perfiles muy diferentes que representan dos visiones de la ciudad. Tanto uno como otro serían candidatos con posibilidades, pero también con riesgos evidentes.

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