La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
Hasta Sabina en sus tiempos de rojo confesaba que a Cuba no volvía más porque no le gustaba lo que allí pasaba, pasa y vamos a ver cuándo acaba el suplicio que padece el magnífico pueblo antillano desde que Fidel y el Che bajaron de Sierra Maestra. Sesenta años de libertades inexistentes y parece que los cubanos no aguantan más ese pie en el pescuezo que soportan bajo la indiferencia del mundo. ¿Habrá algo más incontestable que la falta de libertad en Cuba? ¿Algo más palmario que el régimen dictatorial que continúan los herederos de Castro? Bueno, pues aquí se ha puesto de perfil esa izquierda desvergonzada que es capaz de aliarse con los peores enemigos de España para seguir viviendo en la Moncloa y que es incapaz de reconocer que lo que lleva Cuba soportando es una dictadura en toda regla, con un sátrapa sucediendo a otro sin solución de continuidad.
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