Decididamente, el telediario se ha convertido en un aliado para psiquiatras, psicólogos y loqueros especializados. Ver el telediario, da igual la cadena, es hacer oposiciones a una plaza a pensión completa en el psiquiátrico que coja más a mano. Decíamos el otro día que el espectáculo de las coladas del volcán canario se había convertido en una película de terror a la que no se le adivinaba el final. Y ahí seguimos con las coladas y con las entrevistas patéticas a gente que lo ha perdido todo, incluso la esperanza de que les venga algún tipo de ayuda que palie la tragedia en que están sumidos. Pero si éramos pocos parió abuela y ahora se nos viene una amenaza que nos encoge los adentros. Se trata de ese apagón que se anuncia para un desabastecimiento global que colapsaría la vida en todo el mundo, mayormente en los países más débiles y España ya es uno de ellos.