Los cuartos de final

SE exceptúa el ridículo de la selección de fútbol, tal vez la pérdida del primer puesto del grupo por parte del baloncesto, y el concurso de España en las competiciones de equipo se ha movido dentro de las previsiones iniciales. Todas están ya metidas en los cuartos de final, incluido ese hockey hierba que se lo juega todo a una carta con los anfitriones en el día de hoy para meterse directamente en las semifinales y las chicas del waterpolo femenino, que son las que han dado un paso más en su caminar.

A partir de hoy, en el día grande de una sevillana llamada Marina Alabáu en su lucha por colgarse del cuello una histórica medalla de oro en vela, llega el momento de la verdad para todos los equipos y la verdad es que las sensaciones son irregulares. En unos casos se puede aplaudir el trabajo de la primera fase y en otros conducen a la censura e incluso a las dudas sobre sus opciones reales de pasar este corte.

España, en general, no ha demostrado en Londres una evolución de su deporte, sino todo lo contrario, hasta ahora evidencia una involución en unos momentos dorados por los triunfos, fuera de los Juegos Olímpicos, de la selección de fútbol, de Nadal, de Fernando Alonso, incluso de los Gasol y compañía en baloncesto y hasta la continua presencia del balonmano en las semifinales de todos los torneos de nivel que viene litigando. Pero esas sensaciones son válidas en unos casos y en otros, esperemos, no lo serán y España será capaz de dar un paso adelante. Si lo de ayer sirve como anticipo, es mejor enterrar la cabeza bajo tierra. España perdió tanto el paripé contra Brasil como cuando se dejó la piel con Croacia en balonmano. ¡A ver!