La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El error de Tellado
Es penoso tener que decir que la brutal agresión de ocho encapuchados a un joven madrileño a quien hirieron con un arma blanca con la que le escribieron en el glúteo "maricón" haya resultado ser -según se hacía público ayer a media tarde- un acto consentido durante una relación sexual tras la que el supuesto agredido interpuso una denuncia falsa para conservar su nueva pareja. Según fuentes de Interior, "todo lo ha confesado después de ser llamado a comisaría y un largo interrogatorio, en el que se ha venido abajo". Es penoso por lo que tiene de sórdido, y además es peligroso porque las cuestiones de delitos de odio y de violencia de género son tan graves que suscitan una inmediata alarma social, reacciones comprensibles -pero quizás demasiado apresuradas- de protesta y en algunos casos peligrosas manipulaciones políticas.
En la tarde de ayer circularon por las redes mensajes que relacionaban este ataque que al final ha resultado ser falso con el gobierno popular en la comunidad y la ciudad de Madrid y con Vox. El conocido presentador televisivo Jorge Javier Vázquez dijo ayer tarde en su programa que "esa sensación de libertad [de la que gozaba en Madrid] se está perdiendo" y que empieza "a vivir intranquilo en esta ciudad", continuando: "Por primera vez en mi vida no me siento seguro a la hora de salir con según que sitios, no me siento seguro a la hora de ir por según qué sitios a según qué horas de la noche y a la hora que yo quiera… Y no estamos en el peor momento, esto va a ir a más… Hemos sido demasiado tolerantes con los discursos de odio. La semilla ya está sembrada… Ahora está creciendo, pero falta todavía que crezca con más fuerza".
Estas noticias se refieren a hechos tan graves que pueden comprenderse las inmediatas reacciones airadas y de temor, así como los llamamientos a que se actúe contundentemente contra ellas. La "caza al maricón" -como algunos denominan a los ataques homófobos- es algo tan grave, aunque este caso hiciera incomprensiblemente menos ruido, como la "caza al pijo" que estos días se está juzgando en Sevilla. Por ello las denuncias falsas son extremadamente graves al sembrar confusión y ser utilizadas por quienes niegan estas graves realidades. Cuestión agravada por la rastrera utilización política de estos hechos.
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