Otro fin de semana para los anales, para que caiga en el olvido ese año y medio de restricciones, confinamiento y crujir de dientes que arrancó suspendiendo las Fallas de 2020 y que parece, digo que sólo parece, haber concluido. Fin de semana de aforos sin restricciones, con miuras en la plaza de toros más bella del orbe, Madama Butterfly en vivo y en directo, el paso de la Divina Enfermera por el barrio de la Feria, ni un sitio libre en los veladores que merecen la pena con la añadidura de cajas esplendorosas en los bebederos del Arenal, también en los de medio pelo y para qué seguir. Fin de semana para creer con cierto fundamento que hemos despertado de una pesadilla que veíamos interminable, pero ahora es cuando hemos de asentar los pies en el suelo, dejarnos de dibujitos de colores en la sesera y mirar al futuro con despaciosidad y buena letra. No cabe otra.