Otro eslogan, 'dicen que viene la Quinta'

DICEN que nunca se rinde es un eslogan lleno de rigurosidad, pero podría darle paso a ese que le alegra las pajarillas al sevillismo desde que Sergio Rico abortó la última amenaza de la Juve en general y de Morata en particular. Se trata del que afirma que la Quinta viene en camino, con lo que ese Sevilla al que sus historiadores han avejentado en quince años volvió a esa senda que tanta plata le proporcionó a su sala de conquistas.

De nuevo el Sevilla en su competición favorita aunque en esta edición puedan los cocos aparecérsele con demasiada antelación. Un solo gol le ha impedido ser cabeza de serie y eludir el cara a cara con lo mejor de cada casa, pero tampoco es cosa de llorar tras el vuelco que dio la cosa tras la noche triste en el corazón de la Alemania renana. La película ha roto en rosa con un final inesperadamente felicísimo que rinde este lunes en el anhelado y ya familiar bombo de Nyon.

Junto a esto y por si no fuese bastante, la gran noticia de unas arcas más que bonancibles más el plus de ese abrazo de Vergara entre el presidente y el primogénito del ex presidente. Y es que cuano la harina entra, tan abundante, por la puerta, la mohína huye por la ventana más a mano. Estamos, por tanto, en una de esas semanas que en el caso sevillista convendría enmarcar para que lustrase la cada vez más antigua historia del club colocándola en lugar muy preferente.

Días de vino y de rosas para la entidad de Nervión gracias a la afortunada carambola del martes. Siempre en fútbol es el equipo lo que impulsa la vida del club, el motor que logra que la institución progrese en el triunfo y se estanque en la derrota. Por todo ello deben esos concienzudos historiadores ir dándole a la noche de la Inmaculada del año de gracia de 2015 la importancia que tiene en el presente y, por supuesto, en el futuro de un club que ya espera a la Quinta.