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Carlos Colón

Por favor, seamos serios

LOS tiempos son lo suficientemente difíciles y las cosas están lo suficientemente mal como para echar más leña al fuego de la crisis, el desprestigio de los políticos o los independentismos. Desgraciadamente muchos medios, en vez añadir racionalidad analítica, parecen empeñados en apagar el incendio con gasolina. Baste un ejemplo. Oigo en una tertulia radiofónica protestas porque Enric Juliana ha escrito en La Vanguardia: "Madrid está galdosiana. Los garbanzos hierven con locura en la olla a presión". Dicho así está claro que se trata de una zafiedad catalanista que identifica a Madrid con Galdós y a éste con la España garbancera, perpetuando un tópico superado hace muchos años que infravaloraba a Galdós como un escritor populachero anclado a un costumbrismo ramplón: Don Benito el garbancero, autor de novelas castizas que olían a cocido.

Se puede comprender que los tertulianos se indignen porque se resucite el injusto y superado tópico antigaldosiano en la refriega Barça-Real Madrid, Barcelona-Madrid y Cataluña-España, que todo se mezcla en estos tiempos revueltos y no muy ilustrados en los que muchos independentistas puede que no tengan claro si Rafael Casanova fue un entrenador del Barça o si Pep Guardiola y Tito Vilanova fueron héroes de la Guerra de Sucesión (a su vez interpretada por ellos como la conquista española de Cataluña, en vez de una disputa dinástica por el trono de España que tuvo dimensiones europeas).

Hice lo que en estos casos debe hacerse: leer el artículo de Enric Juliana. Efectivamente había escrito lo de Madrid, Galdós y los garbanzos. Pero también, unas líneas más adelante: "En Madrid bullen los garbanzos y en Barcelona, las mongetes del ganxet [una variedad de chícharos]. Siento desanimar a los que, muy ingenuamente, creen que la opinión internacional se está inclinando en favor de la independencia catalana. Por favor, seamos serios". Y esto lo cambia todo: el paralelo irónico entre los galdosianos garbanzos centralistas y las mongetes del ganxet catalanistas le servía para criticar algunos excesos escritos o verbales centralistas e independentistas. Citar la primera frase ignorando la segunda era una manipulación.

Hago mía la invitación de Juliana: "Por favor, seamos serios". Porque las cosas están como están y porque, según el último barómetro del CIS, junto al independentismo crece el centralismo: en sólo dos meses los partidarios de acabar con las autonomías para sustituirlas por un Estado centralizado han aumentado dos puntos y medio, hasta alcanzar un 24,5%. Y porque la clase política sigue siendo percibida, tras el paro y la crisis, como nuestro más grave problema. Cuidado.

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