La frustración de Susana

Si al final no le paga los 4.000 millones, ¿cómo se quedará Susana a poco de las elecciones autonómicas?

Un poquito de memoria histórica reciente: en la Feria de abril de Sevilla, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, coincidió con Pedro Sánchez, que pasaba por allí, y entonces sólo era el secretario general del PSOE. Un día después, la presidenta viajó a Madrid en AVE y se entrevistó en La Moncloa con Mariano Rajoy, que por entonces todavía era presidente del Gobierno y no se había reincorporado como registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). De aquella reunión salió una foto y el compromiso de convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera antes del verano, para tratar una nueva Financiación Autonómica. Con o sin la presencia de Cataluña, entonces bajo los auspicios del artículo 155.

El mundo ha cambiado mucho en dos meses. Ha cambiado tanto que está al revés: tenemos a la señora Montero en el mismo cargo que ejercía el señor Montoro. Aquellos eran los días en los que María Jesús reclamaba a Cristóbal una respetable cantidad: 4.000 millones de euros, escamoteados a Andalucía, según los cálculos de la Junta. Y no era un capricho sobrevenido con el fino de Jerez, sino un acuerdo del Parlamento de Andalucía. Al que se habían sumado el PSOE, Izquierda Unida, Podemos… ¡y el PP! Todos, menos Ciudadanos, ellos sabrán. Se criticaba a Juanma Moreno, como si estuviera loco, por subirse al carro de los que reclamaban esa pasta a Montoro y a Rajoy. Pero Juanma aplicaba la misma sabiduría que utilizó Javier Arenas cuando lo del último Estatuto Andaluz. Total, si es una postura alegórica.

Ahora Pedro Sánchez se está mostrando como más marianista que Mariano con el dinero de Andalucía. Otros dicen que debe pagar favores a los independentistas catalanes. No faltan teorías de la conspiración: la moción era para eso, para echar a Rajoy, sí, pero también para frenar a Albert Rivera y vengarse de Susana Díaz. Un plan de mala leche, cocinado en los fogones de Casa Iglesias, y no sin riesgo de quemarse.

Hasta ahora Susana Díaz sigue diciendo lo mismo que Susana Díaz: quiere los 4.000 millones que Pedro Sánchez debe pagar a Andalucía. Por menos que eso, en otros tiempos, se hubiera llamado traidor a Pedro. Pero si al final no los paga, ¿cómo se quedará Susana Díaz a poco de las elecciones autonómicas? Si Pedro le da coba a Susana en la reunión del 23 de julio, la primera medida coherente sería la dimisión de María Jesús Montero como ministra de Hacienda. Y después ya se vería lo que pasa.

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