Amanece un día grande en todos los rincones de la vieja Iberia, festividad de la Virgen del Pilar, otrora calificado como Día de la Raza, hispánica por supuesto, y día grande de la Hispanidad cuando la Hispanidad no estaba tan cuestionada como ahora. Los tiempos son cambiantes, ya ni sabemos si somos de los nuestros o de quiénes. A la Raza ya la pluralizan hasta el punto de que la antigua avenida de la Raza, ahora es de Las Razas y así, en este plan, que ni sabemos a qué palo jugar. Bueno, pues en este día del Pilar se cerraba la plaza de toros hasta el Domingo de Resurrección, que un servidor ha visto en esta tarde nada menos que a Rafael de Paula con seis toros para él solito. Y como los duelos con pan son menos, nos queda el paliativo de la tele para ver esta tarde en Las Ventas del Espíritu Santo a Morante en carne mortal. Algo es algo y mucho es mucho Morante.