La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

La hostelería como gran damnificada

Hartos de estar hartos, los hosteleros se han puesto en pie de guerra y la verdad es que no les falta razón para tal estado de ánimo. Las nuevas medidas contra la peste que nos agobia no atenúan para nada el horario del ramo y sólo a partir del 18, día de la Esperanza por cierto, podrán respirar un tanto. ¿Y por qué el comercio sí se alivia y los comederos no? He ahí la cuestión, por qué puede haber contagio en el bar y no en la tienda. Debe haber razones que a la razón le cuesta entender, pues si la observancia de las medidas sanitarias es la adecuada, igual puede uno contagiarse en el velador que en la sección de caballeros. Indudablemente, el gremio hostelero es el gran damnificado en esta pesadilla a la que no se le atisba el despertar. Quizá sea lo mejor no despertar, pues a ver qué calado tendrá el drama que nos encontremos cuando salgamos de la pesadilla.

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