Lo de hoy en Lisboa, una final anticipada

Estamos ante lo mejor que nos ha reservado el bichito cabrón para este agosto tan anormal. Se juega esta noche lo que bien puede catalogarse como la más clara oposición a proclamarse Rey de Europa. Es el duelo que enfrenta al rey absoluto con el aspirante a su trono, es un duelo a la luna de Lisboa entre el indiscutible Leo Messi y el más aventajado aspirante a su corona, el polaco Robert Lewandowski, un cara o cruz en el estadio Da Luz.

Pero ese duelo entre individuos da paso a uno colectivo en lo que bien puede llamarse una final anticipada en tiempos del coronavirus. Un Barça asaeteado por las dudas que emanan de su juego ha de hacerse valer ante un panzer que se vino arriba tras el confinamiento para hacerse intratable. Confinamiento que hizo de catarsis en ambos, pues el Barça perdió su condición de líder de LaLiga mientras que el Bayern multiplicó su talante depredador en la Bundesliga.

Es un vis a vis de indudable trascendencia para ambos, ya que los dos están ansiosos de volver a alzar la orejona y espero que los periodistas culés no consideren orejona una falta de respeto. El Barça, por su parte, tiene en esta cita el punto para apoyarse o para despeñarse y abrir un periodo distinto. O sea, que en la cita lisboeta se encierran señuelos indispensables para la buena marcha del negocio, si continuar con Setién o amortizar el tiempo del cántabro en Can Barça.

Un partido deslumbrante bajo la luna que riela en el estuario del Tajo. Desde el Bayern han surgido esos dardos a los que tan aficionados son los viejos profetas del club bávaro con la idea de acomplejar a un equipo que sí parece bastante acomplejado de antemano. Complejos aparte, el potencial de Messi y su banda es indudable que puede resurgir en cualquier momento como un Ave Fénix futbolístico. Dicho lo dicho, lo indiscutible es que se trata de una final antes de la final.