El impulso de un empresario de Sevilla

El bar Manolo reabrirá en marzo gracias al esfuerzo del empresario Cristóbal Escalona, del Grupo Spala

El impulso de un empresario de Sevilla
El impulso de un empresario de Sevilla

08 de diciembre 2020 - 02:30

En la Alfalfa que se viste de purísima gracias al detallazo de Álvaro Pastor, que engalana el balcón con los colores de la festividad que algunos en Sevilla nunca olvidan pese al consumismo navideño que se dispara desde noviembre, tenemos buena nueva. Sí. El bar Manolo que cerró recientemente, y al que algunos advenedizos por fortuna no dedicaron procesión con banda de música como la mamarrachada (que rima con catetada) que perpetraron en su día con el persianazo de una de las mejores calenterías que tuvo Sevilla, reabrirá el próximo marzo. La noticia viene como casi todo en esta ciudad: de la acera de enfrente.

El Grupo Spala se ha hecho con el local del Manolo, donde tantas veces usted ha probado las pavías de bacalao, ha tomado café o ha pedido que le llenen la botella de agua del nazareno del Polígono o de San Bernardo en Semana Santa. Cristóbal Escalona ha salido del burladero de la comodidad, ese rinconcito que tanto gusta en Sevilla, una de las ciudades menos arriesgadas del globo, para abrir negocio, mantener puestos de trabajo y continuar sirviendo al público, como ya hace en la calle Imagen o en la Plaza de la Encarnación.

Hay que agradecerle el gesto, porque estábamos todos temblando con que una franquicia despersonalizada y desubicadora abriera en ese pedazo de local una hamburguesería, una tienda de donuts de colorines o un negocio de comida pestilente. La Alfalfa debe sonar al anuncio de radio del comercio de las persianas, oler a la calentería, sonar a los niños que juegan en el parque infantil y ser el lugar donde ya te atienden la mar de bien en la Escaloná. Igual que agradecimos en su día que Pedro Robles hiciera el quite con el Laredo para que la multinacional de la comida rápida no se apropiara del local, hacemos ahora lo mismo para que la ciudad no pierda las firmas locales. Y más aún en tiempos donde los cerrojazos se suceden. Sumamos a la alegría por la reapertura de La Isla a cargo de una empresa sevillana la de que un empresario de esta tierra haya reaccionado rápido y se expanda en la misma Plaza de la Alfalfa.

Podemos admirar la blanca y celeste de la Purísima de Álvaro Pastor, comprar nardos en el kiosco de Paco y tomar café en un bar sevillano, de los pocos que quedan en el tsunami de franquicias que cuando llega la primera adversidad echan el cierre y no mantienen los empleos. Que ahí está la diferencia sustancial que tienen las franquicias con los empresarios locales, que son los que se la juegan y tratar de aguantar el máximo. ¡Bravo por Escalona! En la Alfalfa, como dice el anuncio de la sombrerería Padilla, jornal para los nuestros.

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