La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
YUMIKO Takeshima, gracias por convertir a Cazalla de la Sierra en paisaje de prosperidad y en fábrica de innovación. Y por romper el aislamiento de la Sierra Norte de Sevilla. El amor y el talento son la mejor pareja de baile para derrotar al provincianismo y a la resignación. El éxito de tu empresa Yumiko Europa S.A. es la mejor campaña posible para convencer a políticos y ciudadanos de la Sevilla rural del cambio radical en la estrategia de buscar las habichuelas. Lejísimos de las metrópolis, pero igual de cerca mediante internet, se puede generar la capacidad de crear algunas de las prendas más demandadas por los profesionales de la danza. Y de venderlas en 130 ciudades de 18 países.
Tan brillante demostración de que en la serranía sevillana no sólo se puede vivir de la compraventa de fincas, de la explotación de la dehesa, del turismo de fin de semana y de cobrar subsidios, tiene su origen en el deseo de Yumiko, ahora primera bailarina del Ballet de Dresde, de conocer a la familia materna del amor de su vida, el bailarín norteamericano Mark Mahler Gómez. Tan entrañable fue el encuentro con la suegra, y tan a gusto se sintieron en un pueblo cuando se vive como ciudadanos de un mundo de aeropuertos, teatros y quintas avenidas, que cerraron el taller de tutús iniciado en Amsterdam y lo montaron en Cazalla. Donde no hay puente aéreo pero le sacan todo el partido a internet y a la formación de las mujeres para manejar el nailon.
Yumiko, en la Sierra Norte donde se han cometido repugnantes engaños en la asignación política de dinero público para sostener pufos empresariales y para falsas ayudas al desempleo, veinte mujeres hacían ayer tutús teniendo en mente a tantas japonesas que aprenden a bailar flamenco lo que antes era tan exótico e insólito como asociar Cazalla a Hollywood, y que, a causa del terrible tsunami, han descubierto lo jonda que es su capacidad de expresar el dolor propio y ajeno cuando la Tierra pierde el compás.
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