Son tan largos los partidos en Nervión...

Magnífico quite de En-Nesyri para ir haciéndose acreedor al perdón por aquel error ante Neuer que tanto se le ha recordado. Fue en el día que el Sevilla debutaba de local tras saber que colisionará en Europa con el multimillonario Chelsea y que volverá Lopetegui a Krasnodar, el sitio donde le dieron la boleta como seleccionador. Y como guinda a la jornada, el golazo del marroquí que deja en casa unos puntos que estuvieron en el aire.

Mucho fútbol de laboratorio, todo muy encorsetado y poco trabajo para los porteros con sendas ocasiones de Ocampos y Morales para llegarse al intermedio con la sensación de que ganará el que se equivoque menos. Es como el duelo entre dos rivales que saben cuál será la segunda jugada antes de que se produzca la primera. Como es habitual, quien más verticaliza en el Sevilla es esa pequeña sociedad que forman Navas y Ocampos, mientras que en la otra acera manda Campaña.

De sus botas mana lo de mayor calidad de cuanto da de sí este fútbol de guardia alta y mirada a ojos, pero se gusta tanto... Manda el Sevilla, que tiene más tiempo el balón que el Levante, pero todo, o casi todo, muere en tres cuartos de cancha, tanto en un campo como en el otro. Y cuando se llega al descanso, la pelota sigue en el alero, es mejor el Sevilla, claro que sí, pero la neutralización de Morales le deja muy pocas opciones a estos granotas tan sincronizados.

La segunda parte es un más de lo mismo, pero con el Sevilla monopolizando el rol de martillo frente a un Levante constreñido atrás y que, cortocircuitado Morales y más pendiente Campaña del lucimiento personal, el partido corre que se las pela camino de las tablas. Pero quien la sigue la consigue y surge providencial En-Nesyri para que el Sevilla ligue un seis de seis que le proyecta a esa meta que es convertirse en alternativa cierta para cuanto de bueno da la Liga.