Una tapa de ensaladilla con cuatro tenedores en el bar Málaga del centro, un cortejo de nazarenos sin pasos por la carrera oficial, un vasito de agua que el camarero con las prisas te llena sólo hasta la mitad en pleno verano, los puestos de los turrones de la Feria perfectamente iluminados con bombillas gordas pero sin un solo cliente, el Domingo de Resurrección por la tarde, un taxi con tapicería de sky en la parada de Marqués de Paradas, el Jueves de Corpus por la tarde, las pintadas y grafitis de la Isla de la Cartuja, el letrero de una glorieta marca la dirección al recinto de la Expo’92, una bolsa de plástico de Simago que aparece del fondo de la despensa, una misa de difuntos en un templo sin cofradías, la piscina del Mercantil a finales de septiembre, los antiguos camareros del Laredo cuando al servirte el café te preguntaban si querías algo de “empapante”, don Manuel del Valle en las recepciones de la Caseta Municipal en aquellas ferias de los puestos de lechuga, el abrigo azul cruzado de Paco Cuéllar una mañana de San Clemente en la Catedral, un catálogo de regalos de Reyes de Ecovol, un boleto para abrir el cofre de la suerte de Hipercor, el estruendoso anuncio de Publidepor por la megafonía del Sánchez Pizjuán, el puesto de salchichas de la galería interior del estadio con el bote de mostaza sin dosificador que de mano en mano va como la falsa moneda, una invitación para la sala de Melgarejo un viernes por la noche, el bonobús de cartón al que restan cinco viajes, el cobrador de Tussam que va agarrado a las dos barras en la parte trasera del bus, Bernardo Bueno que regresa del concierto de Tina Turner, el eco del Hay cuatro rosas para ti de Gabinete Caligari en el Prado de San Sebastián, los bogavantes gigantes de Cortilandia que hablan para decirte que hacen de acompañantes con esa rima consonante que jamás se olvida, una nueva cita de Expojuventud en el Paseo de Marqués del Contadero, el doctor Hermosilla que viene con sus gafas de pasta de pronunciar la enésima conferencia sobre la muerte de Jesús vista por un médico, un reportaje de Nicolás Salas sobre la destrucción del Palacio de los Sánchez-Dalp, el cardenal Bueno Monreal en el balcón de Placentines del Palacio Arzobispal para presenciar el paso del Corpus, Martín Cartaya atendiendo al público en Cortefiel, Manolo el Gitano en la barra de la Isla, la oferta de Navidad para los niños con cartilla de El Monte en la Plaza de Molviedro...

Hoy sale la Virgen de los Reyes. Todo pasa, Ella permanece. Y al pasar dejará un aroma de nardos y la melancolía del diciembre que anuncia el fin de una etapa.