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Antonio Montero Alcaide

Cinco milenios habitada

La ciudad de Carmona aspira a ser declarada Patrimonio Mundial por la Unesco

17 de noviembre 2023 - 01:00

Sin escritura, no hay historia. Dígase mejor, el convenido inicio de la historia se hace coincidir con la aparición de la escritura, hace más de cinco milenios. La prehistoria, sin embargo, es casi infinitamente mayor en duración, ya que arranca con la aparición de los primeros seres humanos, hace unos dos millones y medio de años, y llega hasta el momento en que estos dan con la escritura. Bien miradas las cosas, la historia es una propina de tiempo.

Acaso porque para escribir hacía falta algún sosiego, poco más o menos tres milenios antes de las primeras formas de escritura los humanos que todavía no contaban para la historia advirtieron la conveniencia de asentarse, pues la agricultura y la ganadería, aunque eran más anodinas que las correrías nómadas por los arrabales del mundo, procuraban una vida más segura y duradera, además de ocasión para contarla, escritura e historia mediante.

Así ocurrió en el prehistórico territorio de Carmona, atravesado por cauces de ríos y con la singular confluencia de la vega, la campiña y el alcor, este último como elevada prominencia desde la que vivir se hacía una gozosa celebración cada mañana con el desperezo del cosmos en la bóveda de los cielos. Las primeras cabañas del Calcolítico, junto a los silos para guardar y proteger el grano, buscaban el contorno del alcor, donde, como milenios después, en esta posmodernidad del aventurado fin de la historia, se alza, casi suspendido en el aire, el Parador del rey don Pedro. Hasta que se levantaron moradas más firmes y repartidas por toda la extensión de la alta meseta. De manera que el lugar se pobló y Carmona no ha dejado de estar habitada desde que la historia tiene razón escrita de ser, en esos cinco milenios que hogaño casi se celebran con la inclusión de la ciudad en la lista indicativa para ser declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, tras como resolvió a finales de octubre el Consejo de Patrimonio Histórico.

José María Cabeza Méndez, que durante casi dos décadas cuidó con esmero el Alcázar de Sevilla, refiere, como coordinador del equipo asesor de la candidatura, que la incorporación a esa lista es un hito de sobra relevante, aunque explica bien lo que resta: con metáfora académica, se ha superado el bachillerato, se ha obtenido una nota alta para acceder a la universidad, pero hay que hincar los codos y completar brillantemente el grado.

Argumentos y razones no van a faltar para que la candidatura reúna méritos y expectativas. Del todo habitual es que, quienes visitan por vez primera la ciudad, no tarden en volver. Parecida razón, milenos aparte, por la que los más ancestrales carmonenses decidieron asentarse y fundar, con ello, la ciudad que hoy atesora paisajes singulares, excelsos, en los que la luz de los milenios y el embeleso ante su reclamo han invitado siempre a quedarse.

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