La esquina

josé / aguilar

Los pactos que vienen

EMPIEZA la campaña oficial de las elecciones municipales y a Andalucía la pilla en plena crisis de una investidura en diferido que depende mucho precisamente de los resultados de estos comicios del día 24: la suerte de la candidata Susana se decidirá en buena medida por la suerte que corran los candidatos a alcaldes de los partidos en liza.

La encuesta del CIS sirvió ayer como preámbulo de la campaña y punto de partida de las estrategias en marcha. Perfiló un escenario muy distinto al de 2011. Básicamente, por el fin de las mayorías absolutas en las principales ciudades andaluzas. Las ocho capitales más Jerez, Algeciras y Marbella en manos exclusivas del PP son un fenómeno del pasado. Si consiguieran los populares repetir en la mitad de estas plazas ya se darían con un canto en los dientes. Milagro.

El subsistema andaluz de política local pasará probablemente de la convivencia-disputa entre dos grandes partidos hegemónicos (PP y PSOE) con un tercero a gran distancia (IU) a una constelación de cuatro partidos medianos (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) de fuerzas más equilibradas, en la que los pactos y las coaliciones dejarán de ser una posibilidad para convertirse en una necesidad. Además, la emergencia de Podemos y Ciudadanos añade un signo diferencial a la política de pactos practicada en Andalucía desde 1979: mientras Podemos podría sustituir a IU como compañero de viaje municipal de los socialistas, Ciudadanos estaría en condiciones de optar entre el PSOE y el PP, partido este último objetivamente beneficiario de la posibilidad inédita de encontrar al fin un aliado.

No me canso de repetir que unos y otros decidirán según les convenga. Salvo la incompatibilidad manifiesta entre PP y Podemos, la política de pactos se presenta abierta y flexible. Casi todo es posible y estará en función de los resultados globales. Y cuando digo globales me refiero a los que se producirán en todo el ámbito nacional (incluyendo comunidades autónomas, además de ayuntamientos). Los cuatro partidos son radicalmente centralistas, de modo que las direcciones tendrán la última palabra. Con un matiz: en el caso del PSOE, la investidura andaluza pesará lo suyo.

Todo esto vale, por supuesto, para el mundo urbano. En los pequeños municipios, como es tradición, puede pasar, y pasará, cualquier cosa. Los rurales se rigen por otros parámetros. Ca uno es ca uno y tiene sus caunás, como dijo el otro.

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