El Prado también es mi casa

06 de febrero 2025 - 08:00

El problema de la Proposición No de Ley que, bajo el lema “que nuestra historia vuelva a casa”, ha presentado Adelante Andalucía para que se restituyan a la comunidad autónoma las obras de arte “expoliadas” que se encuentran en diversos museos del mundo –entre ellos El Prado, la Academia de San Fernando o el Nacional de Arqueología– es el mismo que para Borges tenía el infierno para tomárselo en serio: su desmesura. Quizás porque, con esta PNL, lo que menos le importa a Adelante Andalucía es corregir algunas injusticias que claman al cielo. Más bien parece que quieren apuntarse a ese esnobismo de izquierdas que tan bien representa el ministro de Cultura y que tiene en la palabra “descolonización” uno de sus abracadabras favoritos. A Adelante Andalucía, como nuestro actual ministro de Cultura, no le importa mezclar churras con merinas: cuadros robados a sus legítimos propietarios (que no eran ni mucho menos las administraciones públicas) a punta de bayoneta napoleónica, obras vendidas sin escrúpulos a museos o coleccionistas extranjeros debido a la falta de una legislación patrimonial o piezas halladas en excavaciones arqueológicas plenamente legales en unos momentos en que en España existía un Estado fuertemente centralizado. Todo demasiado complejo y diverso para encerrarlo en una simple Proposición No de Ley,

Seamos prácticos, intentar que museos como el Louvre (al que Macron señala como la piedra angular para la reconstrucción de la muy tocada Francia) devuelvan las piezas que estimamos nuestras es una empresa que solo nos puede llevar a la frustración. Más lógico es reivindicar a El Prado o la Academia de San Fernando los cuadros que pertenecen a instituciones sevillanas que siguen existiendo hoy en día (la Caridad, Santa María La Blanca o la hermandad de El Museo), pero no para engrosar los fondos de ningún museo público, sino para que regresen a las iglesias de las que nunca debieron salir. De paso, para no ser demagogos, habría que recordar que gracias a programas como El Prado Extendido muchas obras de este museo nacional se exponen en las pinacotecas de Sevilla y Málaga. Y ya puestos a explicar no habría que olvidar que los museos provinciales andaluces no surgieron de la nada y que muchos de sus fondos se lograron gracias a ese gran expolio interior que fueron la desamortización del progresista Mendizábal o la expulsión de los Jesuitas por Carlos III. Que se lo pregunten si no a la Universidad de Sevilla. ¿Devolverían algún día la Anunciación a la Compañía de Jesús? ¿Mandaríamos la Venus de Itálica del Arqueológico sevillano a Santiponce?... Seamos serios y no usemos los museos como otra forma de enfrentar a los ciudadanos y los territorios. Ah, por cierto, El Prado también es mi casa.

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