Resulta que la TV3 ha hecho metástasis y le ha salido una sucursal en Madrid, justamente en O'Donnell, en El Pirulí sin ir más lejos. Con el dinero que pagan todos los españoles que pagan, que no todos dan de cara en Hacienda, se sostiene una televisión donde ya se habla de presos políticos y no de políticos presos y donde entrevistan a frustrados golpistas que se ponen ante las cámaras ataviados con el lacito amarillo. Y si eso ya ocurre en el corazón del Estado, qué no será lo que pueda devenir en un futuro no muy lejano en toda la piel de toro, en lo que todavía sigue siendo una maravilla de país llamado España. Metástasis mortal mediante la permisividad de ese dictadorzuelo que mora en la Moncloa por la ayuda de separatistas, terroristas e gentes de mal vivir. Enrocado, el tío sigue terne en su proyecto de continuar viviendo allí pase lo que pase. Qué horror.