Al menos, habrá respeto al himno y al Rey

Duele que una final de Copa se juegue en la clandestinidad, pero todo tiene su aspecto positivo

17 de abril 2021 - 01:48

Dolorosamente, la situación hace que el gran espectáculo de esta noche en la Cartuja se celebre a cencerros tapados, sin el espacio mediático deseable y pasando absolutamente desapercibido en la ciudad. Una ciudad que, como escenario ideal para todo acontecimiento que se precie, estaría atiborrada de personas y de euforia, de animación en sus calles y de bingo en las cajas registradoras de cuantos bares pueblan el centro.

No es así y sólo nos queda una final de Copa del Rey, ni más ni menos. La final de Copa más repetida, pues hasta ocho veces han librado leones y culés el segundo título del fútbol español, la codiciada Copa del Rey. Desde el 2 de mayo de 1920 en El Molinón que el Barça levantó su cuarta Copa, los duelos entre catalanes y vizcaínos han sido moneda de uso común en nuestro fútbol, pero es que lo de hoy tiene carácter de vendetta por lo que pasó en la reciente Supercopa.

Sensación de revancha que acentúa la vitola de favorito con la que llega la orquesta de Ronald Koeman. Y es que a la cita llega el Barça con hambre de títulos tras el varapalo del sábado pasado en Valdebebas, mientras que las huestes aguerridas de Marcelino se han sumido en un proceso depresivo que arrancó en la Cartuja hace quince días, penalti transformado por Oyarzábal incluido. Claro que una final siempre aparece con los pronósticos cortitos de efecto decisorio.

El Barça le arrebató tiempo ha al Athletic el título de Rey de Copas, pero no olvidemos que ya sabemos qué pasó en la Supercopa y también que la última Copa del Rey que fue a Ibaigane se la ganaron a los azulgrana hace la friolera de treintaisiete años, cuando aquella monumental tangana con Maradona por medio. Pero volvamos al inicio, que hay que ver qué pena que esto se juegue en la más absoluta clandestinidad, pero con la alegría de que no piten al himno ni al Rey.

stats