La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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LOS errores de tu contrincante no son tus aciertos. Juan Ignacio Zoido, el líder del PP andaluz, ha cometido tres errores sobre el caso de los ERE. A saber: solicitó la comparecencia del presidente andaluz, José Antonio Griñán, en el Congreso de los Diputados, lo que fue rechazado por su propio partido en Madrid; ofreció, de este modo, al socialista la opción de presentarse, por voluntad propia, en el Parlamento andaluz a dar su versión a cara descubierta, mientras Mariano Rajoy intervenía apantallado ese mismo día. Y después utilizó datos descaradamente erróneos para tratar de situar a Griñán como continuador del fraude. Ése es su principal error: señalar al presidente como cajero, banquero o ideólogo de ese escándalo, cuando el propio Zoido sabe que si alguna responsabilidad política tuvo Griñán -este concepto es tan subjetivo como el cuerpo de una ameba- fue la de no atender bien los informes de un interventor que debían de haber llegado a él. Y aun así no sabemos sin la mangancia se hubiera detenido porque el interventor, en cualquier caso, tampoco se dio cuenta. Ahora bien, los errores de Zoido no son aciertos de los socialistas en este caso. Perdieron una oportunidad en la comisión de investigación, y la han vuelto a dejar escapar esta semana: responsabilidades políticas hay, ellos mismos lo saben, y cuanto más tarde las reconozcan, peor.
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