
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La defensa de la ciudad
Discurre la Feria bajo el signo de la masificación más desmesurada y ayer atravesaba su ecuador en ese miércoles que hicieron festivo para aprovechar la sinergia que va de la ola turística a la de la afición local. El día anterior había sido la fecha elegida para esas recepciones multitudinarias, coto preferido para el cazador de croquetas. Día marcado en la agenda de Antonio Pulido o en la de Joaquín López-Sáez, como en la del teniente general como anfitrión del Tronquito. La Feria y su escala de ágapes, que hasta Eduardo Saborido salió retratado en su caseta de Comisiones, que quien no aparezca en esa galería de vanidades no es nadie. Y hay que ver las trazas de algunos para estar en varios abrevaderos, qué habilidad, qué sentido depredador, que no todos estaban entre los invitados, ni muchísimo menos.
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