Análisis

Rogelio Velasco

¿Hacia dónde va la economía mundial?

En 2010 el crecimiento de la actividad fue del 5% y este año será mayor · Si los países emergentes no tiran con fuerza de las exportaciones de los occidentales, estas tasas positivas no serán sostenibles

EL panorama que se observa para 2011 de la economía mundial desde estos primeros días del año no es pesimista. A nivel global, el crecimiento de la actividad fue del 5% durante el año que hemos dejado atrás, un punto y medio superior a la media de toda la década. Las previsiones apuntan al mantenimiento e incluso a una moderada aceleración durante este año.

Sin embargo, este panorama se ve oscurecido por los riesgos asociados a amenazas concretas, por desiguales comportamientos y por otras incertidumbres. Los países emergentes seguirán mostrando elevadas tasas de crecimiento. Sin embargo, los occidentales continuarán luchando por salir de la crisis con tasas muy reducidas o, en el mejor de los casos, como EEUU y Alemania, en torno a la tendencia de crecimiento a largo plazo, a pesar de contar todos con una notable capacidad de producción instalada no utilizada, situación que debería dar lugar a tasas muy superiores.

Adicionalmente, a pesar de que los países emergentes están impulsando el crecimiento interno, seguirán mostrando enormes superávits comerciales con los países desarrollados, propiciando que el crecimiento continúe siendo desequilibrado. Si los países emergentes que están creciendo a tasas elevadas no tiran con fuerza de las exportaciones de los países occidentales, el crecimiento que se produzca en 2011 no será sostenible. La explicación estriba en que los occidentales han crecido la pasada década, en buena medida, por la demanda interna. A pesar de los estímulos, los enormes problemas fiscales impiden que continúen con ese modelo para impulsar la actividad. La única vía alternativa es la de la exportación a los países emergentes que crecen.

Si la economía mundial va a estar boyante este año, entonces ¿por qué no crecen también a tasas elevadas las exportaciones de los países occidentales a los emergentes? La respuesta reside, en gran medida, en la política proteccionista que algunos de los grandes países emergentes están practicando, con el objetivo de llevar a cabo una rápida industrialización. En lugar de facilitar las exportaciones de los países occidentales, barreras arancelarias y no arancelarias, y decisiones de los gobiernos obligando a las empresas extranjeras a instalarse dentro de los propios mercados de los países emergentes, impiden el crecimiento de nuestras exportaciones hacia esos mercados.

¿Dónde se crea la mayor parte del valor añadido? Dentro de las fronteras del país emergente en cuyo territorio se instala la fabrica del país occidental. Dos ejemplos ilustran estas practicas proteccionistas.

Cerca de los costas brasileñas, se descubrió año pasado uno de los mayores yacimientos de petróleo de las ultimas décadas. Pocos días después, el Gobierno anunció que exigiría a las empresas explotadoras utilizar al menos un 90% de componentes brasileños en la producción. El objetivo no es otro que fomentar la industria auxiliar brasileña del sector petrolero.

El otro es mas reciente, con motivo de la visita esta semana de altos responsables políticos chinos a España. La mayor parte del acuerdo por importe de 5.600 millones de euros, se refiere a la participación de una petrolera china en la filial brasileña de Repsol. Pero los acuerdos para facilitar la exportación de empresas españolas a China son insignificantes.

Otras de las amenazas que se ciernen están relacionadas con el alto desempleo y la continua caída del precio de la vivienda. Entre ambas, van a continuar socavando la confianza de los consumidores, reduciendo el consumo y el crecimiento.

La situación de las entidades financieras, parece que va, globalmente, saneándose. Pero son notables las diferencias entre regiones. En este lado del Atlántico, los bancos británicos están mejorando su comportamiento, aunque con un elevadísimo coste público. Irlanda no podrá pagar la deuda emitida para salvar a sus entidades. Y en España, continúan luchando por obtener financiación en los mercados europeos y por sanear los balances. En todo caso, tanto en éste como al otro lado del Atlántico, mientras el canal del crédito no fluya hacia el sector real, la recuperación va a seguir lastrada y el riesgo de que caigan mas empresas en el camino continuara.

Otra de las amenazas que se cierne es la de la deuda soberana. Vamos a continuar, al menos durante los primeros meses del año, conteniendo la respiración cada vez que haya una subasta de títulos públicos, especialmente a largo plazo. La respiración la vamos a contener tanto cuando se subasten títulos españoles como portugueses. Esta misma semana, el Tesoro del país vecino ha subastado letras a 6 meses teniendo que ofrecer una rentabilidad casi el doble que la ultima celebrada el año pasado. El diferencial con el alemán se sitúa en casi un 4%. España es el primer acreedor de Portugal, detentando la tercera parte del endeudamiento.

Es cierto que España necesitara este año emitir un 25% menos de deuda que el pasado. Aun así, colocar mas de 47.000 millones de euros sin sobresaltos no va a resultar una tarea fácil, no solo por nuestros propios problemas y por los de Portugal, sino porque el riesgo soberano de otros países también nos va a afectar.

En fin, la situación mundial es tan delicada que incluso los problemas de los países que mas están creciendo nos pueden afectar negativamente. El fuerte tirón de la demanda de materias primas por parte de los emergentes esta encareciendo el precio de todas ellas. El petróleo se dirige hacia los 100 dólares el barril. Las materias primas no agrarias se han elevado mas de un 40% en un año. Las agrarias están también experimentando fuertes subidas. Todo esto refleja la fuerte recuperación a nivel mundial. En consecuencia, la inflación de costes en los países occidentales esta servida, lo que puede exacerbar aun mas la situación de crisis.

Finalmente, los problemas derivados del rápido crecimiento de los emergentes pueden añadir mas problemas a los ya existentes. China y Brasil están adoptando medidas para enfriar sus economías, con limitado éxito. El real se esta fortaleciendo rápidamente. La inflación en el precio de toda clase de activos y en la propia cesta de la compra, son síntomas de sobrecalentamiento. Si se generan tensiones en el mercado brasileño, también lo pasaríamos mal, por la gran exposición de nuestras empresas.

2011 estará rodeado de incertidumbre y de riesgos. Los países occidentales y el mundo en general necesitan un cambio en el modelo de crecimiento, mas equilibrado, mas abierto, menos orientado hacia los mercados internos y mas hacia los consumidores de esos países que emergen. Si esto no se produce, no significará que no crezcamos. Pero el crecimiento será lento, incierto y volverá a generar los mismos problemas que han provocado la actual crisis.

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