Pisos turísticos: los riesgos del exceso

Editorial

14 de mayo 2025 - 03:08

Los diversos intentos puestos en marcha por la Junta de Andalucía para intentar poner un poco de orden en el caos provocado por la proliferación sin control de viviendas de uso turístico, descargando su gestión en los ayuntamientos, no ha conseguido, ni de lejos, los objetivos propuestos. En la región, según los datos de la Consejería de Turismo, están registradas casi 150.000 viviendas que se dedican al alquiler para estancias de corta duración. Sin embargo, esta cifra no contempla el alto número de pisos que se ponen en oferta sin los requisitos legales para operar en un mercado que se ha disparado en los últimos años en medio de una falta casi total de normativa que controlase su actividad. Las regulaciones que se han puesto en marcha para acotar una actividad que ha producido altos márgenes de beneficios no han funcionado porque lo que falla en Andalucía es la planificación del modelo turístico. Hasta que las premisas sobre las que funciona uno de los principales motores económicos de la región no se racionalicen no llegarán las soluciones. La Junta no mira más allá de la cifra de visitantes y cifra su éxito político en que esta se incremente año tras año, sin tener en cuenta las consecuencias de todo orden que ello comporta. El caos administrativo de los pisos turísticos es consecuencia de un turismo masificado y mal planificado que ha alterado la forma de vida en numerosas ciudades andaluzas. Los pisos turísticos son solo una parte del fenómeno, pero muy significativa por cuanto han sido determinantes para degradar la calidad de vida y alterar el comercio en zonas muy significadas. Andalucía necesita cambiar su política turística y poner criterios cualitativos por encima de los meramente cuantitativos. Se ha alcanzado ya un riesgo cierto de que el turismo deje de ser percibido como un eficaz impulsor de la economía y el empleo para pasar a ser visto como una amenaza.

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