Almensilla es un municipio en el que el voto ha ido a contracorriente. El castigo a un gobierno socialista que apostó por el urbanismo y terminó presentando un ERE no ha ido a parar al PP, sino a IU, que sin embargo no logró la mayoría absoluta. José Carlos López, administrativo de Endesa, se presentaba por primera vez al frente de la lista de la federación y dio la sorpresa.

-¿Qué puede aportar un alcalde de IU en la situación actual?

-La cercanía, el compromiso con lo público y de mantener el empleo y los servicios. Aunque el factor económico no acompaña. Recibimos un Ayuntamiento roto, sin capacidad de maniobra. No nos deja tiempo para planificar. Intentamos mejorar la organización y que todo funcione mejor sin que cueste más.

-¿Qué se encontraron?

-Llegamos con 16.000 euros de liquidez y había que abrir la piscina, organizar la feria y pagar la nómina de junio. Tristemente tuvimos que suspender la feria, se debía la de 2010 y no nos daban crédito. Abrimos la piscina con los trabajadores afectados por el ERE que se incorporaron a jornada completa y pagamos las nóminas. A partir de ahí nos estabilizamos, pero la situación se va a quebrar. Debemos 390.000 euros a proveedores, 100.000 a consorcios, un préstamo de 1,8 millones y 500.000 euros a la Seguridad Social. Lo último ha sido el requerimiento de Hacienda por el impago del IVA de dos promociones de VPO, otros 2,5 millones y el presupuesto municipal es de tres. La Diputación nos ha negado la ayuda para nóminas.

-Dice que tienen otros adelantos a los que acudir.

-Tenemos apurado el 90%. Cuando me reuní con el presidente le expliqué la situación y desconocíamos lo del IVA. Tenemos un desfase de entre 30.000 y 40.000 euros entre los ingresos del mes y los salarios. Espero que nos incluya en las ayudas para la Seguridad Social.

-¿Está garantizada la nómina?

-No pudimos a hacer frente a la paga de verano, vamos a liquidarla ahora, y están aseguradas octubre y noviembre. Más allá no hay seguridad. Hablo con otros alcaldes y sé que la mala situación es generalizada. Pero la de Almensilla es especialmente dolorosa. Entre 2005 y 2008 entraron más de 10 millones por convenios urbanísticos, que se han gastado. Se vivió alegremente y lo vamos a pagar muchos años.

-¿Van a pedir responsabilidades?

-No descartamos hacerlo por el asunto del IVA. Esperaremos a conocer en detalle los requerimientos y las explicaciones que se nos den, porque en las escrituras consta que ese dinero se ha pagado.

-¿Y por los convenios urbanísticos que se gastaron antes de tiempo?

-Cuando algún promotor me pide que le devuelva el dinero porque su suelo no va poder desarrollarse como preveía le digo que denuncie si lo cree oportuno. La ley deja claro que no puedes gastar ese dinero hasta que se materialice.

-¿Cómo se plantean el nuevo presupuesto, de dónde recortarán?

-Ni los trabajadores con sus nóminas ni los vecinos con subidas de impuestos deben pagar la mala gestión. Intentaremos optimizar los recursos, cubriendo con personal fijo trabajos que se subcontrataban. Estamos reestructurando la plantilla. Se le transmitió que queríamos mantener el empleo y los sueldos, pero debían hacer un esfuerzo por reciclarse: falta personal en la calle y sobra en otros sitios. Lo entendieron y en un 98% no están poniendo reparos. Vamos a hacer un presupuesto austero y realista y un plan de saneamiento con el Opaef. Pero no tenemos mucho margen para recortar.

-Si no hay dinero, no van a subir impuestos, ni reducir personal, ¿cómo saldrán adelante?

-No descartamos que cualquier día gobierno y trabajadores nos plantemos en Sevilla. El Estado nos debería rescatar, como a los bancos. La Diputación, la Junta y el Gobierno deben concienciarse de que nos tienen que dar algo a fondo perdido para respirar y nivelarnos y que pidan responsabilidades si se gestiona mal. Lo demás son parches, no podrán contener el agujero.

-¿Confía en contar con el apoyo de la oposición teniendo en cuenta lo que pasó con su sueldo?

-Por el interés del municipio debemos ponernos de acuerdo. La relación es buena, me esfuerzo por tenerlos informados. Pero me comprometí a que no iba a pactar, el ciudadano no quiere eso, quiere que negocies. Lo del sueldo fue un encontronazo. He traído certificados, que el secretario está autorizado a mostrar, que demuestran que pretendo ganar lo mismo que en mi empresa para no perjudicar a mi familia. Íbamos a adaptarnos a los 50.000 euros que el anterior gobierno tenía en el presupuesto para el edil de Servicios y para mí, y la subida luego sólo sería del 0,3%. No lo entendieron. Aún no he cobrado nada, estoy apurando mis vacaciones. En octubre tendré que hacerlo y la oposición me ha avisado de que a principios de año lo van a rechazar de nuevo. La propuesta salió adelante porque faltó un edil del PP.

-Ha citado el PGOU, ¿En qué fase se halla?

-El PGOU que planteó el anterior gobierno era demasiado ambicioso y creo que nunca llegó a salir del Ayuntamiento, la Junta se lo advirtió. Era un disparate querer desarrollar 18.000 viviendas y pasar de 3.000 a 65.000 habitantes. El problema es que los convenios se pagaron a razón de esas viviendas. El POTA marca que podemos crecer en unas 600 viviendas, más el área de oportunidad, otro millar de VPO. Queremos elaborar un documento acorde con la realidad, sostenible. También prepararemos el área industrial, que puede ser un foco de desarrollo a largo plazo, cuando la crisis pase. El problema es que el dinero con el que debo pagar los equipamientos e infraestructuras ya se ha gastado.

-La urbanización Santa Iglesia lleva muchos años regularizándose. ¿Puede hacer algo el Consistorio?

-Es un problema enconado en el que tengo un reto personal para arreglarlo en este periodo. El papel del Ayuntamiento es delicado, debemos tutelar todo lo se hace a través de la junta de compensación pero sin margen de maniobra. Me he reunido con la Plataforma de Santa Iglesia y con la junta de compensación. Debemos dejar a un lado las rencillas y hacer un esfuerzo por sacarlo. Es dos veces el casco urbano, 200 parcelas a las que la ambulancia no puede acceder y hay vecinos con agua de pozo.

-¿Qué le parece el puente de acceso que tuvo que reconstruir la Junta tras caerse por las lluvias? No caben a la vez un coche y un autobús.

-Es una autopista comparado con el que había. No lo veo mal, teniendo en cuenta que la SE-40 va transformar el acceso al municipio. Nos pasa muy cerca. Ésa es otra que nos hemos encontrado. Hay algunas VPO que han sido muy castigadas, porque la autovía les pasa muy cerca. Va soterrada y con pantalla acústica, pero les afecta. Se debieron hacer alegaciones, como hizo Palomares, que logró alejarla de su casco urbano. Además, la SE-40 va a dejar un poco marginada a la urbanización Santa Iglesia, aunque habrá viales de conexión directos.