TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

Julián Bautista Ruiz Rivera. Profesor emérito de la Universidad de sevilla

"En Estados Unidos no se entiende eso del federalismo asimétrico"

  • Burgalés asentado en Sevilla, este catedrático de la Hispalense ha dedicado parte de su trabajo como historiador al pasado de EEUU, destacando su estudio sobre Abraham Lincoln.

Julián Bautista Ruiz nació en Pradoluengo en 1941, el pueblo burgalés antaño famoso por su industria textil. Discípulo del profesor Navarro, sin embargo, antes de iniciar su carrera como historiador, perteneció a la Compañía de Jesús, y como jesuita (aunque no llegó a ordenarse sacerdote) vivió en Ecuador y EEUU, lo que le ha permitido abordar la historia de América "desde un punto de vista más concreto". En una universidad como la de Sevilla, obligada a volcarse en las antiguas colonias españolas por su proximidad al Archivo de Indias, él fue durante décadas el encargado de enseñar la apasionante historia de la otra América, la anglosajona, la del norte, la que conocemos más por el cine que por los libros. En este campo, su aportación más destacable es el libro 'Abraham Lincoln: el sueño americano' o la participación en obras colectivas con artículos y ponencias como 'Neutralidad norteamericana ante la independencia de Hispanoamérica', 'El expansionismo norteamericano entre los Tratados de San Lorenzo y Guadalupe-Hidalgo' o 'Los Estados Unidos, potencia mundial, 1901-1920', entre muchos otros. Como historiador del antiguo imperio español se ha centrado fundamentalmente en Colombia y el Consulado de Cádiz. A sus 74 años sigue trabajando en sus investigaciones.

-Recuerdo a un amigo diciendo que "era imposible un presidente negro en los Estados Unidos". A usted, que es conocedor de la historia de este país, ¿le sorprendió la elección de Barack Obama?

-Ya tocaba que una persona de color llegara a la Presidencia, dada la cantidad de problemas que el país había tenido como consecuencia de haber introducido, desde el siglo XVII, la raza negra en su territorio. Desde luego fue un hito y un logro, aunque como todo el mundo sabe, Obama no es descendiente de esclavos afroamericanos, sino de un hombre africano que fue a estudiar a EEUU.

-Dicen que la conciencia afroamericana, el sentirse parte de esa tragedia histórica, se lo aportó su mujer, Michelle Obama.

-Evidentemente, sí. La elección de Obama es la culminación de una lucha de siglos que, incluso, supuso una guerra civil dolorosísima que produjo más de 600.000 muertos en una época, el siglo XIX, en la que el armamento tenía una capacidad mortífera muy inferior a la de ahora. Es verdad que hubo distintas razones para el estallido de la Guerra de Secesión norteamericana, pero sin duda el más importante fue la cuestión racial.

-¿Incluso más que la cuestión económica?

-Yo diría que sí. El Sur se había construido con unos determinados comportamientos y actitudes respecto a una raza, la negra, considerada inferior, y eso condicionó el desarrollo mental, incluso físico, de sus habitantes. Hoy en día, todavía hay gentes que no pueden superar estos condicionamientos racistas.

-¿Cuál es el mejor legado de Obama?

-Obama, al igual que Jimmy Carter en su día, ha intentado un liderazgo internacional de EEUU basado en la ética. Si lo ha conseguido o no dependerá de quién sea el analista que hable. Por ejemplo, alguien puede destacar el incumplimiento del cierre de Guantánamo.

-A mí me da la impresión de que es un político bienintencionado, pero que, en cuestiones sociales y políticas, ha amagado mucho y ha golpeado poco. Lo mejor de su mandato ha sido quizás la espectacular recuperación económica de EEUU y el final del bloqueo de Cuba.

-Sí, pero también otras cosas muy importantes, o más, como la reforma de la sanidad para hacerla más universal e igualitaria, aunque es cierto que aún quedan muchas cosas por hacer y hay sectores que se plantean volver atrás, personas que creen que la sanidad debe ser una responsabilidad individual y que cada uno debe procurársela.

-Es cierto que, en EEUU, los presidentes tienen mucho poder, pero también hay un denso sistema institucional que impide las arbitrariedades y las extravagancias.

-Exacto. Como dicen allí, "el presidente no es impotente, pero tampoco omnipotente". Hay muchos controles y limitaciones. El sistema en general ha sido muy sólido y capaz de superar crisis muy importantes, como la destitución del presidente Nixon por mentir...

-Otro de los asuntos candentes que deja Obama sin resolver es el control de las armas de uso privado. La resistencia social a los cambios es tremenda.

-Es muy difícil. La constitución se elaboró en 1787 y, ya en 1791, se aprobó la conocida como Carta de Derechos, que consistía en las diez primeras enmiendas. La primera era la libertad de culto y, la segunda, precisamente, el derecho a portar armas. La realidad del país entonces era muy diferente a la actual. ¿Se justifica hoy en día que el ciudadano pueda tener esa cantidad pavorosa de armas? Creo que no.

-No deja de ser paradójico que el primer presidente negro de EEUU acabe su mandato con un importante conflicto racial. Me refiero a lo ocurrido en Dallas.

-Es una cuestión muy complicada, producto de años de esclavitud, pobreza y desigualdad. En este asunto el presidente puede hacer poco. Son los estados y los municipios los que controlan la mayor parte de los cuerpos policiales.

-¿Y por qué hay tanta violencia en un país tan próspero y democrático?

-Creo que va en el espíritu del norteamericano... Esa competitividad y ese impulso a conseguir metas, a veces a cualquier precio... La conquista territorial del país está llena de gestas, pero también de crímenes y horrores.

-¿Cuántas enmiendas tiene la Constitución norteamericana?

-Actualmente, 27.

-No está mal. Sin embargo, en España nos empezamos a tirar los trastos a la cabeza nada más hablar de la posibilidad de reformar la Constitución del 78.

-Sí, pero tenga en cuenta que enmendar la Constitución de EEUU no es nada fácil. Para proponer una enmienda se requieren dos tercios del Senado y de la Cámara de Representantes o dos tercios de los estados. Luego, para ratificar esta enmienda hace falta el consentimiento de tres cuartas partes del Senado y de la Cámara. Desde luego es un sistema con más garantías que el referéndum del Brexit.

-En EEUU, hoy en día, es impensable la separación de uno de los estados.

-Bueno, eso ya ocurrió y supuso una Guerra Civil. La Constitución de EEUU jamás ha previsto la escisión de un Estado.

-Sin embargo, es uno de los países federales por antonomasia. ¿Es un modelo exportable a España?

-Es muy difícil, porque el caso es muy particular. Ellos encontraron el problema del equilibrio entre los estados pequeños y los estados grandes y lo solucionaron mediante el Senado. En la Cámara de Representantes, el número de diputados es en función del número de habitantes de cada Estado, mientras que en el Senado hay dos representantes por territorio independientemente de su extensión y población. ¿Eso es aplicable a España?

-Me imagino que allí las competencias del Gobierno nacional y las del territorial estarán perfectamente detalladas, no como aquí...

-Sí. Al Gobierno central le corresponden las cuestiones más generales: asuntos exteriores, defensa, economía... Mientras que los estados se encargan de los problemas más internos y particulares, los de las personas: sanidad, educación... Esto no quiere decir que no haya zonas de conflictos, pero es cierto que las competencias están mucho más delimitadas. Sobre todo, y esto es lo más importante, todos los estados tienen los mismos derechos y obligaciones. En EEUU, eso del federalismo asimétrico no se entiende. Lo cual no quiere decir que todos los estados sean exactamente iguales, porque California siempre tendrá mucho más peso que otros territorios por su población y economía...

-Los europeos tenemos la visión de los norteamericanos como personas simples.

-Por su carácter, los norteamericanos son gentes que intentan esquematizarlo y verlo todo muy claro. Esto hace que aparezcan ante nuestros ojos como usted ha dicho.

-¿Cuáles son las grandes fortalezas de EEUU? ¿Por qué llegaron a ser lo que son hoy?

-Su gran ventaja ha sido el sistema político que se dieron, con una Constitución en seis artículos que estructuró un sistema que ha funcionado perfectamente. Luego está el espíritu competitivo, del que antes veíamos su parte negativa, pero que indudablemente también supone una fortaleza. Es importante que también han tenido una geografía enormemente rica en minerales, fuentes de energía... Sobre todo la gente, su capacidad de lucha...

-El famoso espíritu del pionero...

-Ese espíritu con el que han triunfado en distintos ámbitos. Donde más ha resbalado EEUU es en su intento de hegemonía mundial, un ámbito donde es imposible no cometer errores, porque para favorecer a algunos hay que perjudicar a otros.

-Poca gente sabe que España ayudó a EEUU a conseguir su independencia.

-Fue una manera de ir contra Inglaterra, el gran enemigo del eje España-Francia en el siglo XVIII. El problema es que al apoyar a unas colonias a independizarse de su metrópolis, España estaba dando muy mal ejemplo a sus propios súbditos americanos, como finalmente se vio.

-Inglaterra nos devolvió la moneda en el siglo XIX y apoyó a las colonias de la América española a conseguir su independencia.

-Claro, fueron unos momentos en los que España ya estaba muy débil económicamente y no pudo defender esos territorios.

-El momento más bajo de nuestras relaciones con EEUU fue sin duda la Guerra de Cuba. Ya ha pasado mucho tiempo, pero ¿queda algo de ese mal sabor?

-Sí, la Guerra de Cuba dejó una huella importante en nuestros sentimientos hacia EEUU; dejó un cierto resentimiento en ámbitos intelectuales que podemos decir que aún pervive. En el subconsciente nacional aún vemos a EEUU como una potencia agresiva y agresora.

-Usted ha escrito una biografía de Abraham Lincoln publicada por la Universidad de Sevilla.

-Es uno de los grandes hitos de la historia norteamericana, una persona de un inmenso talento. Fue un hombre del pueblo, un ciudadano de Illinois que nació en una cabaña y trabajó sus primeros años en una cantina manteniéndose abstemio, cuando lo más normal es que se hubiese dado a la bebida. No disfrutó de una enseñanza universitaria reglada y aprendió a ser un hombre de leyes junto a dos jueces, a base de practicar, de recorrer los pueblos para acusar o defender, dependiendo de quién lo contratara. Tuvo muy claro que el país no se debía dividir y estuvo dispuesto a hacer una guerra para evitarlo.

-¿Se podía ser abogado sin pasar por la Facultad de Derecho?

-Sí, con esa mentalidad pragmática de los norteamericanos sólo hacía falta demostrar que eras capaz de ganar juicios. En Illinois llegó a ser abogado de las compañías de ferrocarriles, lo que le dio ya un estatus importante.

-¿Y otro personaje de la historia de EEUU que le llame poderosamente la atención?

-Jefferson, un hombre puntero y polifacético que vio cómo su idea del país no se cumplía. Él temía que el Gobierno nacional fuese excesivamente poderoso y quería más derechos para los gobiernos estatales. Sin embargo, la Constitución optó por un equilibrio entre ambos.

-Me gusta mucho una frase suya: "El mundo pertenece a los vivos". Lo digo en unos momentos en los que los muertos del pasado están condicionando en cierta forma el debate nacional.

-Evidentemente y en cada momento nos tenemos que hacer las preguntas adecuadas sobre quiénes somos y a dónde vamos. Sin embargo, sí que hay que aprender del pasado, porque, como decía Cicerón, la historia es maestra de la vida, aunque no se puede vivir permanentemente del pasado. Hay que saber superarlo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios