La imagen de Manuel Pellegrini celebrando el triunfo con rabia al final del partido no fue más que un fiel reflejo de la importancia que sabe el chileno que tiene el comenzar bien la fase de grupos en una competición europea.

Y eso hizo el Betis, ganar. Sumar tres puntos importantes dentro de una lectura de partido entre arreones y desconexiones que dejaron otra lectura, empezando primero con esas rotaciones que llevó a cabo el técnico chileno (hasta ocho sobre el once titular de Granada), quedando en evidencia de nuevo los problemas en el costado derecho y en el eje de la zaga ante un Celtic que a pesar de estar mermado por las bajas de sus jugadores más importantes fue superior en la primera media hora de partido.

De ahí, un 0-2 en el marcador para el cuadro escocés, que fue fiel a su estilo de juego de posesión con un 4-1-4-1 que le permitió tener superioridad numérica en el centro del campo y entrar con facilidad por las bandas, sobre todo con Jota por la derecha, y con un Ajeti que fue un incordio para los centrales béticos. De hecho tuvo que aparecer Bravo para salvar a su equipo de encajar el tercero, pasando entonces el partido del posible 0-3 al empate a dos en apenas cinco minutos, el tiempo que tardó el Betis en enchufarse al choque (hasta entonces sólo hubo noticias positivas en ataque por medio de Fekir) con una presión más fuerte para meter atrás a un rival que vio cómo Miranda y Juanmi empataban la contienda.

Un 2-2 con el que se llegó al descanso, apareciendo de nuevo un gran arreón del Betis en el inicio de la segunda parte, con un Canales algo más entonado y un buen Miranda, para dejar el partido casi resuelto con los goles de Borja Iglesias y Juanmi. Y fue casi porque con los cambios y el exceso de relajación del Betis, el Celtic se metió en el partido. Avisó primero Rogic con un tiro al palo y, después, en una jugada a balón parado mal defendida por la zaga bética, marcó Ralston. Un gol que llevó la incertidumbre a una grada verdiblanca que no respiró hasta el pitido final.

Defensa

El Betis volvió a reflejar que en defensa está cogido con alfileres en todos los puestos. Montoya siguió desentonado, Édgar y Víctor Ruiz sufrieron bastante y Miranda fue el único que destacó, demostrando que a día de hoy está a un mejor nivel que Álex Moreno. También sufrió la zaga bética por la superioridad del Celtic en el centro del campo, aprovechando la espalda de Guardado y Canales con Turnbull y Rogic, más las subidas de un siempre peligroso Jota. De ahí, los tres goles recibidos.

Ataque

Sólo apareció el Betis cuando se conectó al partido, dos arreones de cinco minutos y cuatro goles. Muy bien en la parcela ofensiva Miranda con sus subidas, y para ganar confianza llegaron los goles de Juanmi y Borja, que estuvieron muy entonados.

Virtudes

La capacidad de reacción para acabar ganando.

Talón de Aquiles

Las desconexiones y la endeblez defensiva mostradas.